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Nuevas tecnologías, nuevos rituales: Cementerios virtuales

New technologies, new rituals: Virtual cemeteries

RESUMEN

En este trabajo nos proponemos establecer las líneas exploratorias para indagar en torno al modo en que las «nuevas tecnologías de información y comunicación» (TIC), específicamente las relacionadas al uso de Internet, inciden en la instalación de nuevas prácticas «ritualizadas» en torno al acontecimiento de la muerte.

Se parte de la observación del surgimiento de «perfiles» en las redes sociales, particularmente Facebook, para manifestar el dolor ante la muerte de una persona o distintas expresiones de afecto y deseos de mejoría ante la inminencia de un desenlace trágico (enfermedades terminales, estados de coma), por parte de amigos, familiares o incluso desconocidos que sienten la necesidad de manifestar sus sentimientos frente a esos hechos.

Gran parte de la reflexión actual en torno a los rituales funerarios ha llevado a plantear la gradual pérdida de ciertas prácticas como la asistencia a velorios o entierros, la visita a cementerios. Esto tendría relación con el lugar que ocupa el acontecimiento de la muerte actualmente en nuestra sociedad, cada vez más invisibilizado por la pérdida de ciertos rituales, a diferencia de otros momentos donde el «duelo» era visto como imprescindible para la elaboración del dolor.

Sin embargo, la aparición de estos perfiles conmemorativos a los que nos hemos referido, parecería contradecir esta idea, al menos en algunos sectores de la sociedad.

Algunas de las preguntas que nos guían son: ¿Constituyen un nuevo modo de recordar a los muertos? ¿Qué conservan de modalidades anteriores y en qué cambian? ¿Busca la manifestación individual del dolor o se trata de hacer visible el sufrimiento y compartirlo con otras personas?

La propuesta metodológica consiste en analizar la significación del ritual de despedida a los muertos en Facebook, aplicando la metodología semiótica a un conjunto de «textos» tales como perfiles conmemorativos de Facebook y entrevistas a usuarios, así como a avisos necrológicos en medios gráficos para establecer las distintas modalidades enunciativas presentes en uno y otro y el modo en que dan cuenta de la percepción social y el modo de despedir a los muertos.

Palabras Clave: nuevas tecnologías; resignificación; rituales funerarios; semiótica.

ABSTRACT

In this paper we propose to establish exploratory lines about how «the new information and communication technologies, specifically those related to Internet, present us new «ritualized» practices around the event of death.

We observe the emergence of «profiles» on social networks, particularly Facebook, to express the sorrow at the death of a person or different expressions of affection and desire for improvement in the imminence of a tragic end (terminal illness, coma states), by friends, relatives or even strangers who feel the need to express their feelings about those facts.

Much of current thinking about the funeral rites has stated the gradual loss of certain practices such as attending funerals or burials, visits to cemeteries. This would be connected to the place of the event of death take place in our society today, more and more invisible by the loss of certain rituals, unlike other times where the «mourning» was seen as essential to deal with sorrow.

However, the appearance of these memorial profiles in Facebook show us another ways of remember dead people.

Some of the questions that guide us are: Do they constitute a new way of remembering the dead? What previous arrangements and retain what changed? Searching the individual manifestation of pain or is about making visible the suffering and share it with others?

The methodological proposal is to analyze the significance of the ritual of farewell to the dead on Facebook, using the semiotic approach to analyse «texts» such as commemorating profiles and interviews to Facebook users, as well as obituaries to establish different types of statement and the way they propose the farewell to the dead.

Key Words: funerary rituals; new technologies; resignification; semiotics.

INTRODUCCION

Este trabajo constituye la primera oportunidad para presentar las ideas en torno a las cuales se encuentra trabajando nuestro equipo, bajo el subproyecto denominado Costumbres y rituales funerarios. La construcción semiótica de las costumbres funerarias. El mismo forma parte del Proyecto Cementerios urbanos. Comunidad, ideología y modos funerarios, dirigido por la Dra. María Carlota Sempé, en la Facultad de Ciencias Naturales y Museo y acreditado bajo el marco del Programa de Incentivos para el período 2010-2013.

Por otra parte, somos portadores de la enorme responsabilidad y del compromiso que cada uno de nosotros ha asumido de continuar esta investigación que fuera pensada e impulsada por nuestro maestro Juan Ángel Magariños de Morentín, a quien recordamos con cariño y extrañamos profundamente.

Si bien el proyecto tiene un claro contenido orientado a analizar al cementerio como espacio de comunicación simbólica donde se reflejan los discursos sobre la muerte y las ideologías sustentadas por los distintos sectores de una comunidad, como consigna en su formulación, la discusión generada al interior del grupo de investigadores nos llevó a reflexionar en torno a aquellos otros espacios que van emergiendo en nuestra sociedad en los cuales se construye y circula sentido en torno a la muerte. Dentro de estas formas emergentes, debido a que gran parte del equipo proviene del campo de la comunicación social, nos interesó analizar el fenómeno de las nuevas tecnologías de comunicación, en particular el fenómeno de Internet y las redes sociales, tomando como punto de partida la red social de Facebook en tanto ámbito de surgimiento de distintas expresiones funerarias que nos permitirían vislumbrar la aparición de nuevos ritos en cuanto a la forma de homenajear a los muertos.

LA MUERTE EN LAS REDES SOCIALES

¿Constituye la red social Facebook un nuevo ámbito de homenaje y recuerdo permanente de nuestros muertos? ¿Podemos establecer alguna relación entre las dinámicas propias del cementerio como espacio material y las de Facebook en tanto espacio virtual para el desarrollo de los ritos vinculados a la muerte?

Al comenzar las primeras indagaciones, encontramos una información surgida a fines de octubre de 2009 por parte de la red social Facebook en torno a las políticas a seguir en caso de la muerte de un usuario, estableciendo que en ese caso se dejaría activa su cuenta en forma «conmemorativa». De este modo, los directivos de la empresa anunciaban que darían la posibilidad de «homenajear la memoria de los usuarios fallecidos por medio de perfiles conmemorativos donde se puedan guardar y compartir los recuerdos de personas que han muerto», ya que «cuando alguien nos deja, sigue viviendo en nuestro recuerdo y en nuestra red social» (extraído del blog de Max Kelly, jefe de seguridad de Facebook).

Más allá de este anuncio formal por parte de la empresa, es posible observar cómo ante la inminencia de un desenlace trágico (enfermedades terminales, estados de coma) o bien ante la muerte de una persona, comienzan a surgir «perfiles» destinados a manifestar la expresión de dolor, de deseos de mejoría, por parte de amigos, familiares o incluso de gente que no conoce directamente a la persona que atraviesa esas circunstancias pero se siente impelido a manifestar sus sentimientos en relación al hecho (tal es el caso de distintas personalidades reconocidas en algún aspecto por la sociedad como cantantes, escritores, poetas, artistas en general).

A modo de ejemplo: cuando la conocida cantante argentina de música popular Mercedes Sosa comenzó a atravesar los problemas de salud que derivaron en su deceso, se creó un perfil de Facebook con su nombre que actualmente tiene más de 3900 miembros, no sólo de la Argentina sino de distintos países. La primera intervención en el muro de dicho perfil data del 24 de agosto de 2009, con una seguidilla de mensajes con opiniones sobre la artista y deseos de pronta mejoría, así como frases de aliento tales como «no te entregues, ánimo», «mucha fuerza», «no te rindas», «Negra por favor no nos dejes, toda América te quiere».

A partir del 4 de octubre, fecha de su muerte, comienzan a aparecer una gran cantidad de intervenciones de distintos usuarios, quienes «suben» al perfil letras de canciones, poemas, artículos periodísticos sobre el significado social de la muerte de Mercedes Sosa, videos con canciones, y fundamentalmente mensajes personales de despedida y manifestaciones de profundo cariño y respeto hacia ella.

Algunos ejemplos son:

«Chau Negrita, música del alma universal que nos unió salvando distancias ficticias... Jamás dejarás de acariciarnos con tu melodía...»
«Te voy a tener siempre conmigo como cuando te empecé a escuchar cuando tenía 7 años en el tocadiscos de mis papás. Te quiero Negra...»
«Dulce y feliz viaje Negra, gracias por tu voz, gracias por tu amor, gracias por tu vida».
«Siempre estarás en mi corazón, que tengas paz Negrita...»
«Mercedes Sosa no murió, se fue de gira.»

Incluso en algunos casos, en el estilo tradicional de frase ritualizada, como en algunos ejemplos pasados unos días de su muerte:

«Descansa en paz, ‘negrita’» (8 de octubre)
«Dejaste tu legado. Descansa en paz» (22 de noviembre)
«Tu causa fue mi causa. Mis respetos» (6 de diciembre)

En los casos de fallecimiento de personas que no son famosas se produce una situación similar. Ante la internación por ACV de una profesora de secundario en una ciudad argentina, los mismos alumnos generaron varias páginas en Facebook para «darle aliento» y ante su muerte, acaecida en marzo de 2009, dichos perfiles se poblaron de miembros que aún hoy continúan dejándole mensajes (uno cuenta con 1557 y otro con 786 miembros).

«No te vamos a olvidar nunca, sos un ángel en nuestras vidas».
«… aunque no estés ya con nosotros, estoy segura estarás haciendo sonreír a los ángeles y haciendo una rica torta para festejar tu cumple como la que comíamos en la escuela secundaria, te acordás?»

La profusión de este tipo de perfiles, y la creciente utilización de las redes sociales para la expresión de sentimientos ante la muerte de una persona, nos permite inferir que estamos ante el surgimiento de un nuevo ritual, una nueva práctica social creando una suerte de «cementerio virtual», en el cual las viejas lápidas dejan paso a los «muros», donde en vez de ofrendas, se dejan mensajes que pueden ser no sólo textos sino todo tipo de imágenes gracias a las posibilidades que el medio ofrece.

Al mismo tiempo, gran parte de la reflexión actual en torno a los rituales funerarios ha llevado a plantear la gradual pérdida de ciertas prácticas como la asistencia a velorios o entierros, la visita a cementerios. Hay quienes sostienen que esto tendría relación con el lugar que se considera que ocupa el acontecimiento de la muerte en nuestra sociedad actual, en la cual a diferencia de otros momentos históricos donde el «duelo» era visto como imprescindible para la elaboración del dolor ante la pérdida de un ser querido, hoy la tendencia sería darle la espalda a la muerte, y huir de cualquier forma de dolor, tratando de borrar o hacer menos visible el acontecimiento de la muerte. Sin embargo, la aparición de estos perfiles conmemorativos de Facebook a los que nos hemos referido, parecería contradecir esta idea, por lo menos en algunos sectores de la sociedad.

EN LA BÚSQUEDA DE ANTECEDENTES

La elección de este tema de investigación nos condujo inicialmente a una dificultad: la ausencia de trabajos o investigaciones en este campo, debido a distintas cuestiones como la «novedad» del tema y la velocidad en la que se producen los cambios, así como la «mala opinión» que todavía persiste en la consideración de las redes sociales tales como Facebook, Twitter, y otras, como ámbito de indagación científica.

Entre los trabajos encontrados en torno al análisis de la incidencia de internet en la vida cotidiana, se destaca el número de la revista electrónica Razón y Palabra, dedicado a «Cultura digital y vida cotidiana en Iberoamérica», agosto-octubre 2010. Entre sus artículos, sólo uno aborda el tema de la muerte, referido específicamente a la muerte del cantante Michael Jackson y su impacto en las redes sociales (1). En este trabajo la perspectiva utilizada es de índole cuantitativa, ya que establece el impacto según la cantidad de información que circuló por diferentes redes sociales.

En cuanto a estudios referidos específicamente a Facebook, existe una gran cantidad de trabajos, siendo conocidos en nuestro país los realizados por Alejandro Piscitelli quien incluso llevó a cabo desde la Universidad de Buenos Aires lo que denominó Proyecto Facebook, con el objetivo de explorar el «uso, apropiación, rediseño y crítica del «efecto Facebook» (http://www.proyectofacebook.com.ar).

Gran parte de los trabajos de estudiosos norteamericanos giran fundamentalmente en torno a esta red social como poderosa herramienta para las interacciones sociales, especialmente entre los jóvenes, como por ejemplo el artículo de Nicole B. Ellison, Charles Steinfield y Cliff Lampe sobre su papel en la formación y el mantenimiento del «capital social» en estudiantes universitarios, denominado The Benefits of Facebook «Friends:» Social Capital and College Students’ Use of Online Social Network Sites, publicado en Journal of Computer-Mediated Communication.

Una aproximación interesante, coincidente con nuestro planteo aunque orientado en forma distinta desde un punto de vista teórico metodológico, es el trabajo Morte e luto no ciberespaco, de José Carlos Silvestre y Nuricel Villalonga Aguilera. En este estudio, a partir de la observación de ciertos sucesos ocurridos en la web a partir del fallecimiento tanto de personas «reales» como de «personajes» creados en juegos en red con la utilización de «avatares», los investigadores plantean que los distintos programas creados para su utilización a través de internet no prevén la muerte de sus usuarios, lo que lleva a dichos usuarios a «construir sus propias formas de lidiar con la cuestión, subvirtiendo las herramientas de los sistemas para la creación de rituales». Asimismo plantean que actualmente las expresiones de luto han pasado del mundo real al mundo virtual, con el consecuente intento de adecuar los rituales de uno a otro mundo. «Los ritos fúnebres permanecen arraigados a la cultura humana y participan de la disolución de vínculos y del enfrentamiento de la angustia que la conciencia de la finitud humana genera. Los rituales aportan formas convencionales para organizar ciertos aspectos de la vida social celebrando nuestra solidaridad, compartiendo sentimientos y generando sensaciones de cohesión social».

En este trabajo se utilizaron cuestionarios, entrevistas y grupos de discusión, así como también se realizó el relevamiento de perfiles de personas muertas en distintos ámbitos de la web como blogs, sites, etc., con el objetivo de indagar el sentido que se le daba a la muerte y a la creencia de la vida más allá de la muerte, su reacción ante el acontecimiento de la muerte en los monitores de sus computadoras y su forma de manifestar el luto a través de la web, entre otras cuestiones.

Otro artículo encontrado fue el denominado Cibercepção da morte, luto virtual e misticismo tecnológico, de Paulo Cunha Filho (2). Aquí el autor trabaja sobre las «transformaciones y transposiciones afectivas del mundo real hacia el mundo virtual, en la forma de ciberrelaciones específicas». Particularmente le interesa analizar la experiencia de la muerte en lo que se denomina el «ciberespacio» y propone la idea de «cibercepción» para referirse al modo en que nuestras mentes han transformado y aumentado su capacidad de cognición y percepción debido a la utilización de las nuevas tecnologías de información y comunicación.

HACIA UNA CONCEPTUALIZACIÓN DEL RITUAL

Existe una gran cantidad de usos y significados en torno a los términos rito y ritual. Excede el objetivo de esta presentación indagar en torno al origen e historia del concepto, pero es preciso mencionar que las primeras definiciones provienen de la antropología dedicada al estudio de las llamadas «sociedades primitivas». Hoy en día, existen muchas contradicciones entre los propios etnólogos en torno al concepto (3). Lo cierto es que «la conceptualización de los rituales se forjó en el campo de lo religioso y, en sus inicios, tanto en la escuela antropológica francesa como inglesa el rito, como el mito, pasó a formar parte del estudio de las religiones» (Segalen, 2005). El propio Durkheim asimila rito y religión en Las formas elementales de la vida religiosa, donde plantea que los ritos «traducen alguna necesidad humana, algún aspecto de la vida, sea individual o social» (Durkheim, 1993). Establece la función de cohesión y transmisión de valores en el grupo social, en tanto plantea que «los ritos son maneras de actuar que nacen solamente en el seno de grupos reunidos, y que están destinados a suscitar, mantener o renovar ciertos estados mentales de esos grupos» (Durkheim, op.cit.). Según Martine Segalen, al aplicar el concepto a la sociedad actual el concepto se orientó a aspectos más profanos y, en ocasiones, menos colectivos.

Desde la antropología se han propuesto diversos caminos para comprender los distintos sentidos, funciones, estructuras y características de los procesos sociales denominados «rituales», siendo conocidos los trabajos de Víctor Turner, quizá el teórico más influyente en el estudio de los ritos en la teoría social contemporánea. En su libro La selva de los símbolos afirma que el ritual debe entenderse como «una conducta formalmente prescrita en ocasiones no dominada por la rutina tecnológica y relacionada con la creencia en seres o fuerzas místicas» (Turner, 1990:21).

Turner abreva de la perspectiva abierta por Arnold Van Gennep, quien desde el estructuralismo impuso el concepto de «ritos de pasaje», analizando los momentos críticos de la vida, cuando las personas pasan de una etapa a otra, siendo una de ellas precisamente la muerte.

Por su parte, Marcel Mauss y Mary Douglas remiten el concepto de rito al campo de la acción simbólica. Ambos sostienen que existe rito donde se produce sentido. Según Douglas, «en cuanto animal social, el hombre es un animal ritual. Si se suprime el rito bajo cierta forma, no deja de surgir en otras con mayor fuerza mientras más intensa es la interacción social. Sin las cartas de pésame, los telegramas de enhorabuena, y sin postales de vez en cuando, la amistad de un amigo distante no constituye una realidad social. No tiene existencia sin los ritos de la amistad. Los ritos sociales crean una realidad que no puede subsistir sin ellos» (Douglas, 1973).

Este aspecto del rito como acción comunicativa será una cuestión a profundizar para analizar nuestro objeto de estudio desde la perspectiva del ritual. Es interesante el modo en que los estudiosos de los ritos en las sociedades contemporáneas han ido resignificando el concepto de rito heredado de los primeros trabajos antropológicos y sociológicos. Dos trabajos encontrados en nuestra búsqueda bibliográfica giran en torno a esta cuestión: el ya mencionado de Martine Segalen y el artículo de Bent Steeg Larsen y Thomas Tufte denominado «¿Es necesario seguir un ritual? Explorando los usos sociales de los medios de comunicación» (4).

A su vez, tomaremos los aportes realizados por José Enrique Finol (1997) para el análisis semiótico del rito funerario, quien entiende la visita a los cementerios como acto de comunicación enmarcado en la definición de cultura como proceso comunicativo.

A partir de lo expuesto, creemos que los nuevos rituales surgidos a partir de la incorporación de las nuevas tecnologías a la vida cotidiana contribuyen a la resignificación no sólo de la muerte como fenómeno biológico y cultura, sino de la relación entre los vivos y las personas fallecidas.

Así como en otros momentos la sociedad necesitó instancias tales como velatorios y cementerios, hoy dichas prácticas coexisten con otras que se producen a partir de la mayor injerencia de las nuevas tecnologías en la vida cotidiana de un amplio segmento de la sociedad.

En consecuencia, una pregunta general como la que sigue: ¿cómo se transformó la significación que se le da a la muerte a lo largo de la historia?, debe empezar a responderse mediante el análisis de las posibilidades sintácticas de las distintas semiosis sustituyentes con las que se elaboró esa significación a lo largo de la historia.

Esta es una pregunta que, además de ser inabordable, en uno de sus capítulos debe tomar en cuenta el impacto de las nuevas tecnologías en los comportamientos individuales, en el establecimiento de prácticas comunes, en las posibilidades de expresión de las personas y quiénes acceden a esa posibilidad, entre otras.

Nos preguntamos cómo se transformó la significación de la muerte a partir del uso de Facebook. Para responder a esta pregunta, es necesario, entre otras cuestiones, analizar: cuáles son las características de esta red social, qué posibilidades ofrece, qué uso efectivo se hace de esas posibilidades, cómo se construye significado en Facebook y qué significados se construyen específicamente sobre la muerte en tanto fenómeno individual, de interpretación colectiva.

A priori, podemos identificar algunos de los cambios ocurridos: nuevas formas de homenaje; ritos que implican a una cantidad mayor de personas; la expresión pública de sentimientos desde la soledad de una computadora; la mayor libertad sintáctica o personalización del mensaje (frente a los avisos funerarios de los periódicos); la combinación de imagen y palabra; la instantaneidad; la idea de comunicación directa con la persona fallecida a partir de la publicación del mensaje.

ABORDAJE DESDE LA SEMIÓTICA

Nuestro trabajo se inscribe en la perspectiva semiótica desarrollada por Juan Magariños de Morentín, quien sostiene que la semiótica debe considerarse en tanto:

[…] conjunto de conceptos y operaciones destinado a explicar cómo y por qué un determinado fenómeno adquiere, en una determinada sociedad y en un determinado momento histórico de tal sociedad, una determinada significación y cuál sea ésta, cómo se la comunica y cuáles sean sus posibilidades de transformación (Magariños, 2008:22).

Es así que aplicaremos estos conceptos y operaciones para indagar cómo se produce la significación la muerte y las prácticas rituales asociadas a ella en la red social Facebook considerada como un espacio de configuración de sentido social.

Nos aproximaremos a nuestro objeto de estudio explorando las distintas posibilidades que la semiótica nos ofrece en sus aspectos tanto generales como particulares (es decir, desde las semióticas icónica, indicial y simbólica).

Características del medio

Las posibilidades de intervención en la red social Facebook, tienen una característica común: un mensaje (desde la creación de un perfil, un grupo, una página especial, o una opinión) es compartido por un grupo de personas (un productor del mensaje, y los destinatarios que éste puede asignar o seleccionar) (5). Sobre estos mensajes (que pueden ser de naturaleza visual y audiovisual -gráfica, audio e imagen en movimiento- o de naturaleza verbal -palabra escrita u oral-) habitualmente (quizás sea uno de los principales objetivos de las redes sociales) otras personas pueden generar otro mensaje (dejar una opinión, por ejemplo). Esto va dando como resultado una «red» de mensajes que se van encadenando y dando lugar a una suerte de «diálogo» plural, de un modo tal que hay quienes consideran que el uso de estas tecnologías ha llegado incluso a transformar la naturaleza de las interacciones humanas.

El punto de vista para realizar el análisis puede ser más abarcativo, aplicado a una página completa (como la de Mercedes Sosa) o más particular, abordando mensajes escritos, o imágenes específicas. Puede ser que en algunos muros se generen mensajes vinculados a la desaparición física de una persona, o puede generarse una página completa con este propósito.

Una perspectiva general del signo (definido desde la lógica peirceana como interrelación entre representamen, objeto o fundamento e interpretante) permitiría una primera aproximación general (a una página en especial, por ejemplo) y las operaciones semióticas específicas se convertirían en la posibilidad del análisis de lo particular de cada intervención, con la opción de estudiar cada naturaleza semiótica –icónica, simbólica o indicial- y luego la resultante de su combinatoria.

El principal interrogante de la investigación gira en torno a la significación que adquiere la muerte a través de los «nuevos rituales funerarios» que comienzan a surgir en las llamadas «redes sociales» en las cuales se ubica Facebook. Cómo nos preguntábamos al principio, ¿constituyen un nuevo modo de recordar a los muertos?, ¿qué conservan de modalidades anteriores y en qué cambian?, ¿tienden a la manifestación individual del dolor o se basa en hacer visible el sufrimiento y compartirlo con otras personas?

Análisis de perfiles conmemorativos

En esta etapa inicial, nos proponemos abordar la producción de la significación del ritual de despedida a los muertos a través de Facebook, haciendo foco, particularmente, en algunos perfiles conmemorativos de Facebook.

Tomamos como ejemplo un perfil conmemorativo de Mercedes Sosa (http://www.facebook.com/pages/La-Negra-Sosa-Mercedes-Sosa/147483073709), y otro de Luca Prodan (http://www.facebook.com/home.php#!/pages/Luca-Prodan/32046476146).

Es importante, en esta instancia, considerar el concepto de semiosis. Por semiosis entendemos «un determinado sistema (virtual, por tanto) de determinada calidad de signos (que puede ser cualquiera de las tres mejor sistematizadas: iconos, índices o símbolos o las que surjan por su combinatoria), a partir del cual se construyen las expresiones semióticas con las que una determinada comunidad configura (visual, comportamental o conceptualmente)  su entorno» (Magariños de Morentín, 2008:50).

Un perfil conmemorativo de Facebook, en cuanto semiosis, está conformado por un entramado complejo de signos, que son, principalmente, íconos y símbolos (para ejemplificar, palabras e imágenes). Lo que aparece a los sentidos, como percibido, es visual, y a través de una pantalla, por lo que ya establece un formato posible (el que soporta una computadora). En términos de Savan (1987) el objeto percibido es el objeto inmediato, que implica una parte (su fundamento, Magariños de Morentín, Op. cit, p. 103) del objeto dinámico, también en Savan: «Peirce habló del objeto inmediato como «dentro del signo», en contraposición al objeto dinámico el que es externo al signo» (Savan, Op. Cit., p.33) (6). El objeto inmediato en el caso de la red social que analizamos, es entonces un complejo de diferentes naturalezas semióticas.

La particularidad de un perfil tiene que ver con el objeto dinámico que está fundamentando: de una persona particular, que ha fallecido, que es conocida/o por muchas personas (por lo general personas con cierta imagen pública).

El representamen (7) entonces, será la forma que toma aquello que el objeto va a hacer disponible, en tanto manifestación a los sentidos.

El aspecto más interesante para analizar un signo como este es el de la terceridad, en relación a los interpretantes del signo que estudiamos.

La terceridad implica considerar aspectos tales como: ley, regla o hábito. Y Savan (Op. Cit., p. 40) agrega: «(…) hay en efecto algunos pasajes –no muy frecuentes – en los que Peirce habló del interpretante como la regla o hábito por el cual un signo es transformado en otro.». Esto no se puede negar en una red social virtual, en la que la producción de un «comentario» genera «otros comentarios» que son desarrollados a partir del primero. Un ejemplo de la producción del signo a partir de un interpretante previo.

La información que el signo transmite a sus interpretantes, en los casos de los perfiles conmemorativos que estudiamos, tienen algunas generalidades: recordar a los/las que ya no están, compartir un sentimiento, etc. Esta información es la que constituye el interpretante inmediato del signo, comunicada por el simple hecho de su presentación (Ibíd., p. 53).

El interpretante dinámico tiene que ver con «el efecto semiótico real de un signo, un efecto que existe a través de algún periodo de tiempo» (Ibíd., p. 52). Éste (como todos los signos en la lógica peirceana) encuentra una división tripartita, y puede desarrollar interpretantes dinámicos emocionales (relacionados con el sentimiento de semejanza que el signo evoca); interpretantes dinámicos energéticos (generados por aquello que interpela, como una orden o una pregunta); e interpretantes dinámicos lógicos (que se expresa de manera cognitiva, constituidos por pensamiento, conceptos, o un entendimiento general efectivamente producidos por un signo. Es una regla general) (Ibíd., pp. 58-60).

En palabras de Peirce (2008:83), y a propósito de estos interpretantes:

En todos los casos incluye sentimientos, pues debe haber, por lo menos, un sentido de comprender el significado del signo. Si incluye más que mero sentimiento, debe evocar alguna clase de esfuerzo. Puede incluir algo más que, por el momento, puede denominarse vagamente «pensamiento». Denomino a estas tres clases de interpretantes «emocional», «energético» y «lógico».

El interpretante dinámico energético, implica el uso o consumo de energía, tanto físicamente (y en relación con el mundo externo), como la manipulación y exploración de imágenes de nuestro mundo interno (entiéndase, mental). Esto se relaciona el hábito, el que es producido, no por una acción física (Peirce dice «muscular») sino por un acto de imaginación (que acompaña un esfuerzo interno). Para Peirce es el encadenamiento de los comportamientos que se producen en la imaginación (una secuencia) lo que es más importante en el establecimiento de un hábito, ya que sin esta coherencia mental no se podría establecer ningún habito.

En relación al interpretante dinámico energético, Savan (Op. Cit., pp. 57-58) coloca como ejemplos el luto, el ritual, la ceremonia, entre otros, todos acontecimientos que resultan de un signo, la muerte, y que implican una reacción (principalmente física: encadenamiento de comportamientos, a partir de unas gramáticas específicas, etc.). Desde esta perspectiva se podría plantear que la creación de un perfil conmemorativo en Facebook puede considerarse como un interpretante dinámico energético, disparado por un acontecimiento como la muerte, el que, a su vez, también produce otros interpretantes dinámicos energéticos, plasmados en las intervenciones de las personas que «pasan» (dejan un mensaje nuevo, o responden un mensaje que ha dejado otra persona) por uno de estos perfiles.

Los comentarios que se escriben en relación a otro inicial (de otra persona, un «amigo» en Facebook) es un signo generado a partir de un interpretante dinámico energético, pues ha resultado de una inversión de energía física, y ha generado nuevos signos. Se podría sostener que en este encadenamiento de comentarios, a partir de uno inicial, se puede ver al signo crecer (en términos de Peirce).

La tercera clasificación de interpretantes de Peirce, también permite arrojar luz sobre la explicación de la utilización de Facebook, en relación a los perfiles conmemorativos. Se trata del Interpretante Final, que se aproxima a la causa final aristotélica, vinculado a «un propósito pretendido que sirve como un estándar o norma dirigiendo el desarrollo de la sucesión de Interpretantes Dinámicos» (Savan, Op. Cit., p. 62). Para Peirce debe ser lo que llamó el «hábito viviente», y «debe incluir algún principio más allá de la interminable repetición mecánica de los patrones idénticos de comportamiento» (Ibíd., p. 62).

En relación a nuestro tema de investigación, ¿cuál es el interpretante Final que se establece? Esta respuesta debería poder ser contestada, al menos en parte, al desarrollar la investigación, pudiendo determinar cuál es el principio que guía o regula la producción de los patrones de comportamiento en Facebook.

Sin embargo, alguna explicación aproximada se puede esbozar.

El interpretante final también se corresponde con una división en tres, en línea con tres clases de propósitos que un signo debe cumplimentar:

  • Hay una norma por la cual las cualidades pueden ser medidas, lo que está vinculado con la Estética (Aesthetics), cuyo interpretante Peirce denominó Gratificante (Gratific).
  • Hay normas a través de las cuales la conducta es interpretada, relacionado con la Ética. Los interpretantes finales cuyo propósito es la dirección de la conducta son éticos, y los denominó Prácticos (Practical).
  • «El propósito definitivo de un signo cognitivo o intelectual es producir control crítico deliberado sobre hábitos y creencias. Las normas críticas que son relevantes aquí son los principios guía de la lógica» (Ibíd., p.64). Esta es la norma que permite juzgar la validez de una inferencia o la consistencia de un grupo de interpretantes. El interpretante final crítico es el hábito de control de la autocrítica deliberada. El nombre propuesto para denominar este interpretante es Pragmatístico (Pragmatistic).

En relación a los interpretantes finales prácticos, Savan (Op. cit., p.64) pone como ejemplos a las ceremonias y rituales, porque sus interpretantes finales son éticos. Lo que debemos preguntarnos para identificar estos interpretantes es qué normas regulan estas conductas, y les imprimen una determinada dirección. Estas normas serán el principio que guíe los patrones de comportamiento en Facebook: la participación en perfiles conmemorativos; el dejar mensajes esporádicamente; el considerar esta vía de comunicación como una alternativa. Todo ello vinculado a propósitos específicos en los casos de los perfiles que estamos teniendo en cuenta: el respeto por determinadas personas que perdieron la vida, el hecho de no olvidarlos, el mantenerlos vivos a través de la participación en los perfiles.

Estos son todos aspectos que deben ser profundizados a partir del desarrollo de la investigación con las semióticas particulares.

PARTICULARIDADES: IMAGEN Y PALABRAS. ALGUNAS OPERACIONES SEMIÓTICAS DISPONIBLES Y PERTINENTES

Una descripción de los perfiles conmemorativos de Facebook, a partir de su consideración como semiosis, permite identificar necesidades (preguntas) que pueden ser respondidas a partir de otros análisis que permitan profundizar en signos específicos: imágenes y palabras.

Para ello proponemos recurrir a la Semiótica de Enunciados y a la Semiótica de las Imágenes Visuales, con operaciones específicas en cada caso, desarrolladas por Juan Magariños (desde la perspectiva cognitiva y peirceana).

La semiótica de enunciados permitirá abordar los textos escritos en los muros de los perfiles seleccionados, para analizar las formaciones discursivas vinculadas a su propósito. Utilizaremos la normalización, la segmentación para la elaboración de definiciones contextuales que nos permitan elaborar redes secuenciales y contrastantes para el análisis de los mundos semióticos posibles (Magariños de Morentín, Op. cit., p. 172-186).

Las imágenes serán abordadas desde la Semiótica Icónica, recurriendo (en principio, y con la posibilidad de desarrollo de nuevas operaciones) a la identificación, el reconocimiento y la interpretación de las imágenes involucradas (Ibíd., pp. 220-238).

Una tercera instancia a desarrollar tendrá que ver con un objetivo de análisis intersemiótico, que permita explicaciones a partir del análisis del signo peirceano aplicado a los perfiles conmemorativos y a su utilización, y los datos que aporten los análisis de las semióticas particulares.

NOTAS

  1. El artículo se denomina «A morte de Michael Jackson refletida no ciberespaço», elaborado por Camargo, Raquel Graciele, en Razón y Palabra sobre Cultura digital y vida cotidiana en Iberoamérica: Una revisión crítica más allá de la comunicación. Número 73 agosto-octubre 2010.   <<<
  2. http://www.compos.org.br/data/biblioteca_1367.pdf. Associação Nacional dos Programas de Pós-Graduação em Comunicação.   <<<
  3. Ver al respecto el trabajo «Against Ritual: Loosely Structured Thoughts on a Loosely Defined Topic», de Goody Jack, en Moore, Sally Falk y Myerhoff, Barbara (eds.) (1977), Secular Ritual. Amsterdam: Van Gorcum.   <<<
  4. Publicado en Estudios sobre las Culturas Contemporáneas, año 2001. Universidad de Colima: México.   <<<
  5. No discutiremos aquí las posibilidades de acceso a las tecnologías. Aunque sabemos que es una problemática muy vinculada al tema, no corresponde su abordaje en este trabajo.   <<<
  6. Las traducciones son nuestras.   <<<
  7. Por momentos Peirce nombró al representamen como sinónimo de Signo, pero muchos autores se preocuparon por diferenciarlos, y tomar el representamen como una de las partes integrantes del signo triádico, el que resulta de esa relación (y no de una de esas partes constituyentes). Acá consideramos al signo a partir de esta última perspectiva.   <<<

BIBLIOGRAFÍA

  1. CAMARGO, RG (2010) A morte de Michael Jackson refletida no ciberespaço. En Razón y Palabra: Cultura digital y vida cotidiana en Iberoamérica: Una revisión crítica más allá de la comunicación (Revista electrónica www.razonypalabra.org.mx) Número 73, agosto-octubre 2010.
  2. CUNHA Filho, P (2000) Cibercepção da morte, luto virtual e misticismo tecnológico. Associação Nacional dos Programas de Pós-Graduação em Comunicação. Em: http://www.compos.org.br/data/biblioteca_1367.pdf
  3. DOUGLAS, M (1973) Pureza y peligro. Un análisis de los conceptos de contaminación y tabú. México. Gedisa.
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