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ARTICULO

Hacia una tipología de la caza furtiva en el nordeste argentino
(Towards a typology of illegal hunting in northeastern Argentina)

Elías Gómez* - María Gabriela Miño**

* CONICET/Universidad Nacional de Misiones - Tucumán 1605 - CP 3300 - Posadas - Misiones - Argentina. Correo Electrónico: lsgomez001@gmail.com https://orcid.org/0000-0002-4468-9618

** CONICET/Universidad Nacional de Misiones - Tucumán 1605 - CP 3300 - Posadas - Misiones - Argentina. Correo Electrónico: gabriela.m@conicet.gov.ar https://orcid.org/0000-0002-5057-5158

Recibido el 14/09/21
Aceptado el 16/05/22

Resumen

El artículo retoma los avances de una investigación social sobre la caza furtiva (ilegal) en el nordeste argentino. El problema de trabajo son las posibilidades de una definición y clasificación multidimensional de la caza tal como viene siendo practicada durante las últimas décadas en la provincia de Misiones (Argentina). A propósito, se realizan dos análisis estadísticos combinados, un Análisis de Correspondencias Múltiples y una Clasificación Ascendente Jerárquica, junto con una exploración etnográfica de los sentidos sociales acerca de la caza. Esta combinación metodológica es afín a una perspectiva que retoma tanto los aspectos procesuales como las interacciones sociales regulares entre guardaparques y cazadores. Este aporte conforma una aproximación inicial a las configuraciones estructurales y eventuales de los diferentes tipos de caza ilegal. Los datos utilizados parten de información cuantitativa y cualitativa proveniente de actas gubernamentales de infracción, entrevistas a guardaparques, cazadores y ex-cazadores, activos en diferentes municipios de la provincia de Misiones. La combinación de fuentes y técnicas es consonante con las dificultades de análisis de una práctica ilegal sobre la cual, no siempre se cuenta con información de primera mano. Como claves para el análisis se proponen los conceptos de estructura y evento, a fin de combinar la variada información disponible, así como las perspectivas múltiples de pobladores y agentes activos en torno a la conservación de fauna silvestre. Ambos conceptos fueron utilizados separadamente en el pasado para ampliar el conocimiento sobre las razones detrás de la estabilidad temporal de determinadas prácticas. En este artículo se sostiene que ambos conceptos, utilizados en conjunto, conforman una vía importante para explorar las continuidades, y también, las posibles transformaciones de la caza ilegal.

Palabras Clave: Caza ilegal; Tipología multidimensional; Estructura; Evento.

Abstract

The article takes up the progress of a social investigation on illegal hunting in the northeast of the Argentine Republic. The work problem is the possibility of a multidimensional definition and classification of hunting as it has been practiced during the last decades in the province of Misiones (Argentina). In this way, two combined statistical analyzes, a Multiple Correspondence Analysis, and a Hierarchical Ascending Classification are performed along with an ethnographic exploration of the social meanings of hunting. This methodological combination is related to a perspective that takes up the processual aspects and the regular social interactions between park rangers and hunters. This contribution constitutes an initial approach to the structural and eventual configurations of the different types of illegal hunting. The data used are based on quantitative and qualitative information from government acts of infraction, interviews with park rangers, hunters, and ex-hunters, active in different municipalities of the province of Misiones. This combination of sources and techniques is consistent with the difficulties of analyzing an illegal practice on which first-hand information is not always available. As keys to the analysis, the concepts of structure and event are proposed, in order to combine the varied information available, as well as the multiple perspectives of residents and active agents regarding the conservation of wildlife. Both concepts were used separately in the past to expand the knowledge about the reasons behind the temporal stability of certain practices. In this article, it is argued that both concepts, used together, form an important way to explore the continuities, and, the possible transformations of illegal hunting.

Keywords: Illegal Hunting; Multidimensional typology; Structure; Event.

Introducción

Misiones es una provincia del noreste argentino, que limita con los países de Brasil y Paraguay. Una característica central de la provincia es la gran cantidad de Áreas Naturales Protegidas que posee (88 en la actualidad), y la consiguiente biodiversidad asociada a las mismas (figura 1). La Selva Paranaense (tal como es conocida la selva de la región) es considerada el área de mayor biodiversidad de Argentina y alberga alrededor del 50% de todas las especies y subespecies de vertebrados del país tal como señalan la Fundación Por El Desarrollo Humano Y El Ambiente, y la Fundación Vida Silvestre (FUDHAM  y FVSA 2008). De manera, que los proyectos de conservación y de desarrollo sustentable son los ejes de las principales transformaciones espaciales y ambientales en la provincia (Braticevic y Vitale, 2010; Chebez, 1996).
En Misiones, actualmente, la caza de fauna silvestre es ilegal cualquiera sean sus objetivos (deportivos, científicos, de subsistencia, y así), aunque la pesca en general, queda excluida de esta prohibición (Ley Provincial Nro. XVI — 11). La única caza permitida en la provincia de Misiones, es la caza practicada por indígenas Mbyás en sus propios territorios, siempre que sea practicada con métodos tradicionales y sin la intervención de armas de fuego. De hecho, la caza practicada con métodos tradicionales por las comunidades Mbyás en la provincia de Misiones se encuentra protegida por el Convenio Nº 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT, 1989); y, la República Argentina ha ratificado su adhesión a este convenio desde el año 2.000.
¿Para qué una tipología de la caza ilegal? La definición gubernamental de caza ilegal, como captura de fauna silvestre, no incluye a los peces, para este tipo de fauna rigen otras leyes y resoluciones. Años antes, la caza no se encontraba prohibida totalmente, y en la actualidad encontramos a la pesca ocasionalmente permitida o suspendida, sobre todo debido a periodos de veda, o a la bajante de los principales ríos de la Provincia (Uruguay, Paraná, e Iguazú). Las investigaciones antecedentes señalan que existen varias concepciones de caza que son utilizadas por cazadores, ex cazadores o guardaparques y agencias gubernamentales y no gubernamentales (caza menor, caza comercial, y así) (Gómez y Ferrero, 2015; Ferrero, 2009; Ibarra, 2007). De modo que los esfuerzos por definir hechos sociales de gran influencia sobre los ecosistemas de la ecorregión de la Selva Paranaense tienen un carácter urgente en la esfera de la conservación. Utilizar la experiencia de campo y la información de agencias gubernamentales para profundizar la comprensión de la caza ilegal, es un aporte que puede acelerar intervenciones prácticas sobre el tema.

Figura 1.
Ubicación de la provincia de Misiones y sus Áreas Naturales Protegidas (ANP) en Argentina.

Fuente: elaboración propia en base a MEyRNR (2020)

Para aproximarnos al tema de la caza con una perspectiva sociológica conviene aclarar una peculiaridad central de esta actividad: la definición de la caza ilegal es un elemento en disputa; sobre esta práctica existen tantas definiciones como posiciones sociales divergentes en torno a la gestión de la fauna silvestre. Ante esta situación de indefinición, nuestro objetivo principal es aproximarnos a una tipología que englobe a los atributos centrales de la caza ilegal tal como es practicada en el noroeste de Argentina. Una tipología de las asociaciones y divergencias posibles a propósito de las variadas formas de la caza ilegal, es un punto de partida razonable para analizar la emergencia de los eventos de caza, pero también, acerca de la forma en que se desarrolla la misma, como práctica social y temporalmente estructurada.

Metodología

Incorporamos dos tipos de fuentes que registran la caza furtiva. Por un lado, (a) las experiencias de pobladores directamente implicados, concretamente, de 20 guardaparques y 12 ex-cazadores. Estas experiencias fueron trabajadas por medio de entrevistas, recorridos y observaciones en terreno durante los años 2020 y 2021, y son parte de un trabajo de campo más extenso que viene siendo realizado desde hace una década, acerca de las relaciones entre poblaciones aledañas y Áreas Naturales Protegidas de Misiones. Por otro lado, (b) utilizamos también la información de 82 actas labradas a 158 cazadores ilegales durante el periodo del año 2008 al 2020 por guardaparques del Ministerio de Ecología y Recursos Naturales Renovables (en adelante, MEyRNR) de la provincia de Misiones.
a) El cuerpo de guardaparques de la provincia de Misiones se desempeña en una diversidad de ANP y realizando múltiples tareas. De manera que las entrevistas fueron realizadas a una selección de guardaparques con más de diez años de antigüedad en tareas de patrullaje y vigilancia, y con disponibilidad de tiempo entre los meses de mayo de 2020 y marzo de 2021. También se entrevistaron a 12 ex-cazadores reconocidos por ser pioneros en sus zonas de residencia (téngase en cuenta que entre 20 y 40 años atrás la caza no era completamente ilegal y existían incluso clubes de caza en la provincia de Misiones). Las identidades de guardaparques y ex -cazadores en todos los casos fueron resguardadas, sobre todo porque la caza es una actividad ilegal, aunque en continuo desarrollo. Estas entrevistas no fueron analizadas con un fin diferente del de la identificación de tipos de caza, de manera que un análisis pormenorizado de los sentidos morales de la caza, su historicidad, y sus múltiples aristas quedan para otra investigación.
b) Las actas legales cumplen un rol clave en la gestión de la caza, informando las principales características de la infracción, de los cazadores, y de sus equipamientos. Una vez labrada un acta, ésta sigue un recorrido burocrático que dura varios años o meses, dependiendo de la complejidad del hecho. En nuestro caso utilizamos las actas de infracción labradas por guardaparques provinciales, y puestos a disposición por la Subsecretaría de Ecología y Desarrollo Sustentable del Ministerio de Ecología y Recursos Naturales Renovables de la provincia de Misiones. Retomamos aquellas actas que llegaron a su etapa final, concretamente, a la etapa en la que se dan por resueltas las infracciones (por pago de multas, suspensión de la misma, o devolución [o no] de elementos incautados).
Para crear una tipología de la caza utilizamos análisis de correspondencias múltiples (ACM) y una clasificación ascendente jerárquica (CAJ), las cuales constituyen una combinación usual en los análisis geométricos de datos (Le Roux & Rouanet, 2004). Una característica central del ACM es que no presupone la existencia de variables causales o independientes, más bien, expone la estructura de fuerzas subyacentes en las relaciones entre propiedades e individuos. El objetivo del ACM es mostrar geométricamente las filas (en este caso, infractores) y las columnas (variables sobre infractores) de la base de datos, en un espacio de pocas dimensiones (Baranger, 2012). Así, las proximidades en el espacio de la caza ilegal (las proximidades en el gráfico cartesiano) indican similaridades entre formas de caza. A su vez, el aporte de la CAJ es constituir clases (tipos o perfiles) sobre la base del conjunto de categorías consideradas en el ACM; cada clase construida por medio de la CAJ mantiene una homogeneidad interna que las hace diferente a las otras clases.

Resultados y discusión

Inicialmente, podemos definir a la caza como al conjunto de prácticas orientadas a la captura de fauna silvestre en general (así se trate de peces, aves, reptiles o mamíferos). Como todo hecho procesual, la caza emerge como evento, pero se desarrolla como estructura. Los eventos, como señala Geertz (2001; y 2011), son una actualización única de procesos y elementos culturales. En el acto de la caza ilegal intervienen determinada cantidad de miembros, equipados con tales armamentos, utilizando determinados vehículos, y movilizados por determinadas creencias. Si pensamos en la caza como un evento, cada hecho de caza reúne de una manera peculiar elementos culturales, y materiales, que no emergen exactamente iguales en otros eventos de caza. Entre los cazadores, los sentidos sociales acerca de la legalidad, la naturaleza, y los animales, por ejemplo, no son estrictamente similares, pero tienen parecidos de familia así residan los infractores en uno u otro municipio de la provincia.
Las estructuras son un conjunto de fuerzas que se desarrollan regularmente con las prácticas sociales (Bourdieu, 1988; y 1990); un factor importante de las estructuras sociales de la caza son el volumen de tiempo y recursos económicos y culturales que suponen sus principales características. Esto es notable en variables como la edad de los cazadores (un atributo usualmente asociado al desarrollo biológico, pero con fuerte implicancia cuando se trata de prácticas ilegales), o el tipo de movilidad utilizado en la excursión de caza (ya se trate de caballos o de camionetas específicamente preparadas para terrenos arduos, ambas opciones denotan inversiones económicas y culturales socialmente disimiles).
La diferenciación entre evento y estructura tiene un fin practico: orientar la búsqueda y selección de información sobre la caza en al menos dos temporalidades diferentes: (1) una vinculada al encuentro eventual entre cazadores y guardaparques que es el momento en que queda registrada la caza como tal (téngase en cuenta que sin el conocimiento de los guardaparques, la captura y muerte de animales permanece desconocida, sin registros escritos de ningún tipo); y (2) una temporalidad en la que se desarrolla la capitalización de los cazadores como tal. Esto incluye a las inversiones de tiempo que requiere adquirir las habilidades y el gusto por la caza (un cazador no se hace en un día), las inversiones de dinero requeridas para la obtención de equipamientos acordes, y las condiciones sociales que mantienen a esta actividad, como una actividad practicable aun con sus riesgos.
Las relaciones entre estructuras y eventos no suelen coexistir de forma equilibrada. De hecho, entre investigadores, guardaparques y cazadores existe una tendencia a sobre-estimar a cada evento de caza sobre todo al priorizar una evaluación cualitativa de los mismos. El haber participado de cierto hecho en terreno, puede hacernos creer que en esa experiencia se resume la configuración global de estos hechos; que nuestra vivencia, aunque peculiar, es lo suficientemente completa para teorizar sobre asociaciones extensivas a todas las situaciones de las que no participamos. Una aproximación estadística multidimensional atenúa esta tendencia, como un antídoto pedagógico para los “saltos de gigantes especulativos y enanos empíricos” al decir de Martín Criado (2010:111). Sobre todo, señalándonos variadas combinaciones de atributos sociales, materiales, económicos, espaciales, actuando sobre un evento que pudimos haber experimentado como representativo, y a la vez, generalizable. En otras palabras, los eventos son actualizaciones de las estructuras como señala Geertz (2001; y 2011), pero también pueden cuestionarlas, transgredirlas, o resistirlas, como enfatizan Bourdieu (1988; y 1990), y Sahlins (2000 y 1997). Una forma de acercarnos con pretensiones de claridad a la caza ilegal, es contraponiendo las experiencias vividas de cazadores, guardaparques (y propias) a la información recabada en las actas legales.
En síntesis, consideramos como casos activos a todos los infractores involucrados con la caza de animales silvestres en Misiones (quedan incluidos los pescadores, y aquellos que capturan aves u otros animales). Fueron filtrados los cazadores provenientes del Departamento Capital, por las distorsiones producidas por su muy escasa presencia. Luego de numerosos ensayos consideramos las siguientes variables, algunas más estructurales o eventuales que otras.
Variables activas: 1. Medios de movilidad involucrados (estructura); 2. Cantidad de miembros del grupo de caza (evento); 3. Decomiso de animales durante infracción (evento); 4. Tenencia de obra social en la actualidad (estructura); 6. Rama de ocupación (estructura); 7. Beneficiario de algún programa social (estructura); 8. Departamento de residencia según acta de infracción (estructura); 9. Edad cuando cometió la infracción (estructura)
Variables ilustrativas continuas: 1. Cantidad de rifles incautados; 2. Cantidad de escopetas incautadas (se excluyeron a las pistolas y revólveres por su presencia minoritaria).; 3. Cantidad de machetes incautados; 4. Cantidad de cuchillos incautados; 5. Cantidad de armas de fuego sin especificar.
Variables ilustrativas categóricas: 1. Máxima situación de riesgo crediticio durante la última década (según el Banco Central de la República Argentina (http://www.bcra.gov.ar) estas son las diferentes situaciones: 1. Normal | Atraso en el pago que no supere los 91 días.; 2. Riesgo bajo | Atraso en el pago de más de 91 y hasta 150 días desde el vencimiento.; 3. Riesgo medio | Atraso en el pago de más de 150 y hasta 240 días.; 4. Riesgo alto | Atraso en el pago de más de 240 días hasta un año; 5. Irrecuperable | Atrasos superiores a un año); 2. Municipio de residencia según acta de infracción; 3. Genero de los cazadores.
Las variables retomadas no fueron seleccionadas a priori, antes del análisis de las actas legales (ya sea por la perspectiva teórica utilizada, o por las hipótesis asumidas). En principio, se trata de una selección de las variables efectivamente disponibles (idealmente preferiríamos incluir también otras que se encuentran ausentes, como el nivel de educación formal de los cazadores, por ejemplo). De las variables disponibles fueron consideradas aquellas con las mayores contribuciones a los hechos de caza, debido a su pertinencia con las múltiples dimensiones de la misma. Por ejemplo, variables como la situación crediticia, el atraso en el pago de deudas, o el nivel socio económico, tienen que ver con la dimensión económica de la caza como obtención libre (de impuestos, y precios oficiales) de un bien comestible y comercializable. Lo mismo sucede con las dimensiones, sociales, y culturales de la caza, no obstante, ninguna de las dimensiones que señalamos es analizada separada y específicamente en este trabajo. Nos interesa más bien, describir las confluencias múltiples de varias dimensiones en el hecho singular de la caza furtiva.
Básicamente, diferenciamos tres grandes tipos de caza (Figura 2) Les hemos puesto un nombre a cada tipo, a fin de enfatizar sus peculiaridades más notables (caza como táctica, caza como estrategia, y caza combinada). A propósito, retomamos: (a) la información cualitativa adquirida y discutida en terreno con guardaparques, cazadores y ex-cazadores; (b) los valores p (probabilidad) de las variables de la CAJ realizadas sobre el ACM, los cuales proporcionan una evidencia fuerte en contra de la hipótesis nula; (c) y el valor test de las variables de la CAJ realizada sobre el ACM (valor que resume la fuerza de cada categoría en la clase, a partir del porcentaje de la categoría en la clase, el porcentaje de la clase en la categoría, y el porcentaje de la categoría en el conjunto de datos). Los detalles de las ayudas técnicas a la interpretación del ACM y la CAJ pueden encontrarse en la dirección de GitHub de los autores (https://github.com/debianalt).
En el mapa factorial del ACM (figura 2), el eje uno (horizontal) opone a los cazadores sobre los que más información se posee (hacia la izquierda), respecto a los cazadores acerca de los cuales no se sabe mucho (hacia la derecha). En efecto, tratándose de una actividad ilegal, los casos “Sin datos” constituyen un dato en sí mismo; en esta oportunidad muy ligados a cazadores (extranjeros, capitalinos o lugareños) que no declaran, que declaran incorrectamente, o que escapan del control evitando dar sus datos de identificación. A su vez, el segundo eje (vertical), opone a los cazadores peores equipados (hacia abajo), respecto a los mejores equipados y organizados (hacia arriba).

Figura 2.
Análisis de Correspondencias Múltiples. Variables activas, contribuciones, y bosquejo de elipses con tipos de caza.

Fuente: elaboración propia en base a MEyRNR (2020)

Figura 3.
Clasificación Ascendente Jerárquica. Dendograma y mapa factorial de los diferentes tipos de cazadores (como puntos)

Fuente: elaboración propia en base a MEyRNR (2020)

La Clasificación Ascendente Jerárquica expone mejor las grandes diferencias entre los tres tipos de caza identificados (figura 3). El dendograma clasificatorio sobre el mapa factorial en tres dimensiones deja ver como los cazadores afines a la caza combinada (puntos verdes) son especialmente distantes de aquellos involucrados con la caza estratégica (puntos rojos) o con la caza táctica (puntos negros); fundamentalmente en término de cantidad de información disponible, y principales equipamientos utilizados.

(I) La caza como táctica (32% del total, 51 casos). Este tipo de caza reúne a aquellos infractores que salen de excursión solos o entre dos personas; se desempeñan en ocupaciones rurales, en general como monotributistas vinculados al tabaco, la yerba mate o el té; y son mayormente jóvenes de hasta 31 años, e incluso menores de 21 años. La no tenencia de obra social es un atributo recurrente, y es coincidente con las condiciones típicas de los residentes de las zonas rurales más empobrecidas de Misiones (Bartolomé y Schiavoni, 2008; AMIRBY, 2010). Los Departamentos más fuertemente asociados a este tipo de caza son San Pedro y Caingüás (tabla 1).

Tabla 1.

Principales variables y categorías características de la caza como táctica según CAJ sobre ACM

 

Variables

Categorías características

% de la categoría en la clase

Valor-test

Probabilidad

Frecuencia global

Cantidad de miembros en infracción

2 miembros

62,75

5,70

0,000

49

Medios de movilidad involucrados

Motocicleta

27,45

4,94

0,000

15

Tenencia de obra social en la actualidad

No

68,63

4,56

0,000

66

Decomiso de animales durante infracción

No

92,16

4,14

0,000

112

Rama de ocupación

Actividades Rurales

37,25

3,90

0,000

29

Departamento de residencia según acta de infracción

Cainguás

11,76

3,12

0,001

6

Departamento de residencia según acta de infracción

San Pedro

11,76

3,12

0,001

6

Edad cuando cometió la infracción

21-31 Años

39,22

2,82

0,002

38

Municipio de residencia según acta de infracción

San Pedro

9,80

2,74

0,003

5

Edad cuando cometió la infracción

-21 años

11,76

2,59

0,005

7

Fuente: elaboración propia en base a MEyRNR (2020)

El medio de movilidad predominante es la motocicleta, la cual no permite el transporte de muchos y grandes animales, y es de alguna manera, un medio de movilidad básico en muchas colonias aledañas a áreas naturales protegidas (además de los caballos). En excursiones por caminos de tránsito difícil y con capueras y selva en alrededores, la motocicleta permite un ocultamiento más eficaz, un desplazamiento menos llamativo, y una gran flexibilidad en el recorrido de la excursión. Esto va en consonancia con el “no decomiso de animales capturados” (puede deberse a que no hubo animales capturados, pero también a que hubo huida de cazadores, o, a que no se encontraron animales capturados o faenados). A este tipo de caza los guardaparques suelen reconocerla como poco planificada y flexible en sus objetivos; es la caza practicada por agricultores o trabajadores rurales temporarios, que, viviendo en cercanías de ANP, y luego de arduas jornadas de trabajo, deciden incursionar en la selva aprovechando el tiempo libre y la ausencia de control.
La obtención de recursos energéticos es una de las razones más frecuentemente señaladas entre cazadores de este tipo. Se trata, sobre todo, de la obtención gratuita de carne de animales silvestres (incluyendo peces), aunque también suelen recolectarse frutas de estación, plantas ornamentales o alimenticias (como orquídeas o palmito). En zonas alejadas de centros urbanos, y por lo tanto de carnicerías y supermercados, la búsqueda de carne silvestre como fuente alimenticia es una posibilidad siempre presente (Ibarra, 2007). La obtención de carne silvestre para alimentación humana es alentada, sobre todo, por procesos macroeconómicos como la crisis nacional en Argentina a inicios de la década del año 2000, o la instauración de la pandemia global por COVID desde el año 2019.
La reafirmación del carácter masculino es uno de los sentidos culturales más notorios de este tipo de caza. El relato de la caza aquí es central y necesariamente compartido con amigos, vecinos y parientes (Ferrero, 2009). Así, no es tanto el animal silvestre lo que persigue el cazador, sino la posibilidad de compartir la experiencia de la caza, y de acumular cierto reconocimiento. El cazador se enorgullece sobre todo de su coraje para enfrentar peligros en relativa soledad, en una competencia contra los animales silvestres, la selva, la oscuridad, los vecinos, y también contra los guardaparques. Esta especie de fama que persiguen algunos cazadores, es inseparable de la fortaleza física necesaria para las arduas tareas rurales (Bartolomé, 1974), y de los valores tradicionalmente asociados al hombre en la provincia de Misiones.
Con frecuencia, las excursiones al monte no tienen a la caza como a un fin ineludible, sino que apuntan a la distracción y al esparcimiento. Se entra al monte para explorar, para distraer la atención personal de las preocupaciones cotidianas. Si bien la pesca es una de las opciones predilectas, se entra armado al monte por si se presta la oportunidad para la caza de mamíferos. Muy usual entre lugareños que conocen bien las colonias que atraviesan, o el monte al que ingresan. Los eventos de caza relacionados con estas concepciones están más sujetos a (I) los ciclos laborales y a (II) a las estaciones del año; el primero influyendo fuertemente en el tiempo libre de los infractores, y el segundo en los ritmos biológicos de los peces.
(II) La caza como estrategia (53% del total, 83 casos): La caza como estrategia reúne mayormente a cazadores activos sobre todo en el norte de la provincia, en los municipios de Puerto Iguazú y Wanda. En general, en el Departamento Iguazú. Lo más usual en este tipo de caza son grupos de al menos 4 infractores, y en general con ocupaciones en relación de dependencia en la rama del comercio, el transporte, la construcción o la madera. Esto expone un perfil de cazadores mejor posicionados en el mercado de trabajo, que aquellos vinculados con la caza como táctica. La tenencia de obra social, indica de la misma manera, un mejor acceso a servicios de salud (tabla 2).

Tabla 2.

Principales variables y categorías características de la caza como estrategia según CAJ sobre ACM.

Variables

Categorías características

% de la categoría en la clase

Valor-test

Probabilidad

Frecuencia global

Departamento de residencia según acta de infracción

Iguazú

53,01

5,45

0,000

53

Cantidad de miembros en infracción

4 miembros

32,53

5,36

0,000

28

Decomiso de animales por captura durante infracción

43,37

4,06

0,000

46

Tenencia de obra social en la actualidad

Si

40,96

3,32

0,000

46

Rama de ocupación

Comercio/Transporte

21,69

3,15

0,001

21

Medios de movilidad involucrados

Sin datos

62,65

2,69

0,004

82

Rama de ocupación

Construcción/Madera

30,12

2,61

0,005

34

Municipio de residencia según acta de infracción

Puerto Iguazú

9,64

2,58

0,005

8

Municipio de residencia según acta de infracción

Wanda

25,30

2,45

0,007

28

Fuente: elaboración propia en base a MEyRNR (2020)

La mayoría de las veces no son encontrados los medios de movilidad durante la infracción (por estar escondidos, o por no estar presentes en los lugares de la infracción). Desde el punto de vista de los guardaparques, el uso de tecnologías de comunicación, y la presencia de una organización más fuerte, se deja ver no solo en la cantidad de miembros, y en la ausencia de los medios de transporte que los llevaron a la zona de la caza, sino también en la complejidad organizativa de la excursión, en la utilización de campamentos, y variedades de complementos para la caza de mamíferos. Por ejemplo, rifles modernos y bien cuidados, ropa especializada, cuchillos de calidad para faenar animales, conservadoras, binoculares, entre otros equipamientos para el acampe en zonas de selva.
La fuerte presencia de este grupo de caza en la provincia de Misiones se evidencia no solo en las actas, donde pueden encontrarse infractores de ocupaciones liberales como arquitectos o abogados, sino también en los medios de comunicación, y en las memorias de otros tipos de cazadores. Los diarios provinciales, eventualmente informan acerca de las actas de infracción labradas a funcionarios gubernamentales (tanto de los municipios, como del estado provincial o nacional); de hecho, la caza furtiva se encuentra tan enraizada culturalmente, que es usual que personas reconocidas en la esfera pública de los municipios, sean conocidas también entre pobladores locales, como usuales degustadores de carne silvestre, o incluso, cazadores. El acceso a la información cualitativa sobre estos tipos de cazadores, suele ser indirecta, mediadas por actas de infracción o por descripciones de otros tipos de cazadores, a veces cercanos por vía de la amistad, el parentesco, la vecindad, o la asiduidad del trato.
Las jornadas de este tipo de caza son planificadas como excursiones para cuatro o más personas (tal como emerge en las actas oficiales), y en ellas se sustraen al mínimo las posibilidades de interceptación; esto implica cierto trabajo de “inteligencia” sobre los guardaparques, otras fuerzas de control, o vecinos aledaños. De hecho, uno de los rasgos sobresalientes en los sentidos sociales asociados a este tipo de caza es la reafirmación de la posición social. Cuando se comparte la aventura y lo cazado, se reafirma la dominación de estos cazadores sobre el monte, pero también sobre las fuerzas de control en general (Hell, 2001). Los lugareños identifican claramente a este tipo de cazadores, por haber compartido alguna reunión donde éstos celebraron sus aventuras de caza, por tener amigos o parientes en común, o por haber sido testigos directos de algún evento de caza. Desde las experiencias de ex-cazadores más ligados a la caza táctica, los cazadores estratégicos son en general “pueblerinos” o residentes de zonas urbanas, con ocupaciones establecidas y jerarquizadas (abogados, arquitectos, policías, agentes de prefectura, y así). Un rasgo común con la caza táctica, es la importancia de compartir los detalles de la infracción cometida con amigos o parientes; y a propósito de estos relatos compartidos, realzar determinados valores poseídos por el infractor usualmente considerados típicos de una masculinidad fuerte, como el coraje, la resistencia física, el gusto por el peligro, el dominio de las fuerzas de control y de la naturaleza en general (Ferrero, 2009).
(III) La caza combinada de lugareños, de extranjeros y de capitalinos (15% del total, 24 casos). La caza combinada tiene la particularidad de incluir siempre a la pesca, y eventualmente a la captura de aves, a la captura de mamíferos o a la recolección de especies florísticas. Cuando la caza combinada involucra a los lugareños, destacan los municipios de Colonia Aurora y 25 de Mayo, y la lancha como medio de movilidad. En este tipo de caza es recurrente la falta de información sobre los infractores, esto debido a que muchos de ellos no están registrados en bases de datos de agencias gubernamentales, en parte por ser extranjeros, informar números de DNI falsos, por darse a la fuga, o directamente, por no tener DNI. La característica compartida de la caza combinada practicada por extranjeros (provenientes de Brasil mayormente), lugareños (Colonia Aurora y 25 de Mayo) y de capitalinos (Departamento Capital de Misiones) son los lugares de residencia de los cazadores, los medios de transporte fluviales, en este caso, lanchas, canoas, piraguas o balsas; las edades de los infractores, en general mayores a los 43 años, y los grupos de excursión de cuatro o más miembros (tabla 3).

Tabla 3.
Principales variables y categorías características de la caza como estrategia según CAJ sobre ACM.

Variables

Categorías características

% de la categoría en la clase

Valor-test

Probabilidad

Frecuencia global

Departamento de residencia según acta de infracción

Iguazú

53,01

5,45

0,000

53

Cantidad de miembros en infracción

4 miembros

32,53

5,36

0,000

28

Decomiso de animales por captura durante infracción

43,37

4,06

0,000

46

Tenencia de obra social en la actualidad

Si

40,96

3,32

0,000

46

Rama de ocupación

Comercio/Transporte

21,69

3,15

0,001

21

Medios de movilidad involucrados

Sin datos

62,65

2,69

0,004

82

Rama de ocupación

Construcción/Madera

30,12

2,61

0,005

34

Municipio de residencia según acta de infracción

Puerto Iguazú

9,64

2,58

0,005

8

Municipio de residencia según acta de infracción

Wanda

25,30

2,45

0,007

28

Fuente: elaboración propia en base a MEyRNR (2020)

La pesca es un elemento central de la caza combinada de lugareños, capitalinos y extranjeros, y se encuentra sumamente extendida en la provincia. Las regulaciones legales sobre la misma no suelen ser permanentes, y tanto en estas regulaciones como en el sentido común de la sociedad, la pesca se encuentra diferenciada de la concepción de “caza”, como si la acción de pescar no estuviese incluida dentro de la definición de caza como captura de animales silvestres en general. No obstante, en la práctica, algunos infractores que realizan pesca legal o ilegal, realizan también caza de mamíferos, captura de aves, o extracción de flora nativa en áreas naturales protegidas, si se da la ocasión. En efecto, según la lógica cultural local, tanto peces y mamíferos entran de igual manera en la categoría de “animales”; y no existen concepciones culturales extendidas que establezcan una brecha moral, un tabú, una prohibición, que impida combinar a la pesca con la caza de mamíferos o de aves.
En las conversaciones con cazadores de este tipo, encontramos una fuerte presencia de la tradición. Para ser más concretos, de la presencia de argumentos relacionados con la tradición; como el aprendizaje de esta actividad por medio de los padres o abuelos, la importancia de cierta especie de pez para el tratamiento de alguna dolencia, y, sobre todo, un cumulo de conocimientos transmitidos de manera informal y asociados con lugares, variaciones temporales, técnicas adecuadas, y hábitos de diversas especies de peces. Otro componente relacionado y clave de los sentidos sociales asociados con la pesca, son la recreación y el esparcimiento. En efecto, al ser una práctica ilegal solo cuando se practica en determinados lugares (áreas naturales protegidas, por ejemplo), o en determinadas épocas (en época de veda, o de otras suspensiones temporales), la pesca tiene una gran cantidad de adeptos provenientes de las clases medias y altas de la provincia, además de aquellos provenientes de clases populares asentados cerca de zonas selváticas, en zonas rurales, o aledañas a áreas naturales protegidas.
Por otra parte, en la totalidad de actas analizadas, las cantidades de peces faenados e incautados, son bastante mayores a las cantidades de mamíferos o aves incautadas. A su vez, no son mayoritarias las actas labradas a cazadores extranjeros, pero todas ellas incluyen a la pesca ilegal como a una de las infracciones implicadas. A propósito, la caza combinada de extranjeros, lugareños y capitalinos, se asocia más fuertemente que los otros tipos de caza, a posibles mercados informales de carne silvestre (en el caso de cazadores extranjeros), y de peces. Así, la caza combinada tiene al comercio, además de a la tradición, y a la recreación y el esparcimiento, como posibles vías de justificación o estimulo.

Conclusiones

¿Cómo diferenciar distintas formas de practicar la caza ilegal? Desde una perspectiva procesual no es adecuado definir a un tipo de hecho social a partir de las intenciones, motivos, o metas declaradas por las personas involucradas (Weber, 2014; Gómez, 2019). Porque estas intenciones, motivos, y metas declaradas, son concurrentes con el hecho que se pretende definir; es decir, ellas están siendo reconstruidas, y transformadas incluso durante las entrevistas, o durante el labrado de actas de infracción. Vale decir, las intenciones, los motivos, y las metas, no están temporalmente “detrás” o “delante” de las prácticas de interés, más bien avanzan en conjunto, imbricadas unas con otras. Por esto, Max Weber (2014), solía definir a los procesos sociales con términos como “racionalización” o “burocratización”, enfatizando con la sustantivación de una acción (sin tiempo), una confluencia compleja de creencias, prácticas e intereses, que están en proceso de realización, y que no son fundamentalmente una meta, o un estado alcanzado (Gómez, 2020).
Nuestra propuesta de una tipología de la caza ilegal, entonces, no se basa en los objetivos declarados por los cazadores, sino, en un conjunto de variables activas en el desarrollo efectivo de la caza y presentes en las actas de infracción, y en las indagaciones cualitativas realizadas durante la última década. El interés de tal tipología es enfatizar las diferencias más notorias que emergen en la caza ilegal como proceso, diferenciando, sobre todo, las principales peculiaridades estructurales y eventuales de la misma (Chamboredon, 1982). Para decirlo de otra manera, en la provincia de Misiones, el paso del tiempo ha instituido diversas maneras de realizar caza ilegal, la tipología propuesta expone los sedimentos estructurales y eventuales más notorios de este paso del tiempo, bosquejando el volumen y la composición de las características involucradas con cada manera de realizar caza ilegal.
Los dos primeros tipos de caza (como táctica y como estrategia) retoman una diferenciación clásica (Maquiavelo, 1998; Sun-Tzu, 2007) que es muy frecuente en investigaciones sociales globalmente reconocidas (de Certeau, 1979). Las tácticas remiten a acciones no planificadas, decididas con poca antelación, y orientadas más a aprovechar una oportunidad, que a perseguir un objetivo preestablecido. En Misiones, actividades usualmente conocidas como ilegales y desarrolladas por poblaciones rurales empobrecidas, como las ocupaciones de tierras privadas y fiscales, son en buena medida tácticas de aprovechamiento de coyunturas sociales (Schiavoni, 2005; Baranger, 2008). Al contrario, las estrategias remiten a acciones planificadas que responden a objetivos establecidos -conscientemente o no- con largos plazos de anticipación (Bourdieu, 1988 y 1990). Por ejemplo, la inversión económica en armas modernas, complementos y equipamientos específicos, así como en medios de movilidad preparados para excursiones de caza (jeeps o camionetas), junto a la realización de campamentos en ANP, y una logística compleja para la movilidad de cazadores y animales cazados, denota una actividad mayormente estratégica.
La caza combinada es la más flexible de todas en términos de equipamientos involucrados, así como en términos de la composición social del grupo de caza. De manera que la caza combinada no solo implica a diferentes especies de presas sino también, a una mixtura de tácticas y estrategias. Como señalamos antes, en Misiones no existe una prohibición cultural, tradicional, y moral extendida, que impida combinar en una misma excursión la captura de peces con la caza de mamíferos, aves o reptiles. A su vez, las legislaciones sobre la pesca pueden cambiar varias veces en un mismo año, y la caza de mamíferos, aves o reptiles, es en términos legales una infracción, y en términos culturales un poco menos incluso. Esto lleva a que muchos de los eventos de caza no registrados por actas legales, son precisamente, aquellos que combinan de alguna manera una actividad permitida con varias otras no permitidas, como el hecho de transitar por caminos lindantes con Áreas Naturales Protegidas y la caza de mamíferos, de aves, o la extracción de flora nativa al interior de estas áreas (Gómez y Ferrero, 2015).
Finalmente, táctica y estrategia son términos bien conocidos en la jerga de las competencias políticas y militares; un ejemplo usual es la diferenciación entre guerra de trincheras (uso de tácticas, y lucha de posiciones) y guerra de maniobras (enfrentamientos, y lucha abierta) (Gramsci, 1999; Rey Thwaites, 1994). Así, a propósito de la caza ilegal ambos términos denotan dos formas de organización de la caza ilegal, que requieren intervenciones muy diferentes. En términos generales, para actuar contra la caza combinada, las medidas que intervienen sobre infracciones eventuales pueden ser más efectivas, mientras que la caza táctica y estratégica requieren medidas específicamente orientadas a estructuraciones sociales concretas. A propósito, nuestro esfuerzo por definir el estilo operativo de los diferentes tipos de caza, tiene que ver con una apuesta colectiva orientada a frenar a la caza ilegal, y a mejorar la conservación de la fauna silvestre local. Esperamos que este avance sirva para exponer la centralidad de las dimensiones sociales de la caza, de manera que pueda ser considerada en su complejidad, por investigadores activos en la esfera ambiental.

Agradecimientos

El trabajo de campo y el análisis de datos gubernamentales pudo retomarse durante los años 2020 y 2021 gracias al apoyo de World Wild Fund (WWF) (https://www.worldwildlife.org/), y Fundación Vida Silvestre (FVSA) (https://www.vidasilvestre.org.ar/). Agradecemos sobre todo a Daniela Rode, Especialista en Programa Paisajes Terrestres de la FVSA, por su predisposición, acompañamiento, y lectura de los resultados preliminares.

Bibliografía

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