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ARTICULO

“Sembrando vocaciones productivas”: Análisis de materiales educativos pertenecientes al Programa Escuelagro del Ministerio de Agroindustria (2016) destinado a escuelas secundarias agrotécnicas en contexto del modelo de agronegocios

(“Sowing productive vocations”: Analysis of educational materials of the Escuelagro Program of the Ministry of Agro-industry (2016) aimed at agro-technical secondary schools in the context of the agri-business model)

Sofía Ambrogi* - Mercedes Catalina Funes**

*Centro de Investigaciones “María Saleme de Burnichón” - Universidad Nacional de Córdoba (UNC)- Av. Haya de la Torre s/n, Ciudad Universitaria - CP 5000 - Córdoba - Argentina. Argentina. Correo Electrónico: sofi.kest@gmail.com

*Centro de Investigaciones “María Saleme de Burnichón” - Universidad Nacional de Córdoba (UNC)- Av. Haya de la Torre s/n, Ciudad Universitaria - CP 5000 - Córdoba - Argentina. Correo Electrónico: mercedescatalinafunes@gmail.com

Recibido el 26/08/19
Aceptado el 20/05/20

Resumen

Escuelagro es un programa creado a fines del 2016 desde el entonces Ministerio de Agroindustria, destinado a escuelas secundarias rurales y agrotécnicas, con el objetivo de fortalecer el vínculo entre la educación y el sector productivo agroindustrial. En este trabajo se propone el análisis de fuentes documentales oficiales Escuelagro, focalizando el interés sobre los ejes formativos que aparecen en ellos en relación al mundo productivo agropecuario y agroindustrial. Se llama la atención sobre el énfasis puesto en la formación de redes de intercambio y trabajo colaborativo entre el sistema educativo y el sector productivo, vinculado a  más de ochenta empresas agroindustriales, asociaciones técnicas del sector y organismos sin fines de lucro en la formulación de materiales de enseñanza de las escuelas. Nos interesa particularmente indagar sobre discursos y la agenda pública construida acerca del modelo socioproductivo de agroindustria y las posibilidades laborales de los futuros egresados de estas escuelas, que pueden ser identificadas en estos documentos oficiales.

Palabras Clave: Agroindustria, Escuela secundaria agraria y rural, Hegemonía Modelo de Agronegocios, Trabajo en red

Abstract

Escuelagro is a program created at the end of 2016 from the then Ministry of Agro-Industry aimed at rural and agro-technical secondary schools, to strengthen the link between education and the agro-industrial production sector. In this paper we propose to analyze official documentary sources of Escuelagro, focusing on the formative axes that appear in them in relation to the productive agricultural and agro-industrial world. Attention is drawn to the emphasis placed on the formation of networks and collaborative work between the education system and the productive sector, linked to more than eighty agro-industrial companies, technical associations of the sector, and non-profit organizations in the formulation of teaching materials. We are particularly interested in inquiring about speeches and the public agenda built about the socio-productive model of agri-business and the job opportunities of future graduates of these schools, which can be identified in these official documents.

Keywords: Agrarian and rural secondary school, Agroindustry, Agribusiness model, Hegemony, Networking.

Políticas educativas agrarias: una breve introducción

A mediados del 2016 se lanza un programa educativo desde el ex Ministerio de Agroindustria titulado “Escuelagro”, enmarcado como iniciativa formativa para escuelas rurales y agrotécnicas del país. El objetivo de la misma propone fortalecer el sistema educativo agrario y agrotécnico, a través de encuentros de seguimiento continuo de fortalecimiento de vínculos entre las comunidades educativas y el denominado sector productivo agroindustrial (Ministerio de Agroindustria, 2016). Para ello se tienen en cuenta no solamente charlas y talleres donde participan alumnos, padres, docentes, directivos e invitados de los Ministerios y empresas del sector agropecuario y agrotécnico (entre otros), sino también la formulación y distribución de material documental en formato de manuales, videos y material informativo diverso.
En particular, esta indagación es llevada adelante desde un eje de discusión dentro de la Antropología Rural y la Antropología de la Educación que se pregona sobre las prácticas y experiencias formativas sostenidas entre empresas, organismos no gubernamentales y diversas esferas estatales que configuran desde la dimensión educativa al modelo de agronegocios (Gras y Hernández 2013). Este modelo ha sido analizado y descrito por numerosos autores a partir de los cambios en los procesos productivos de la estructura agraria (en términos de subordinación de la producción agraria a la industria, expresados en avances tecnológicos y biotecnológicos), resaltando la importancia de los mercados externos y el rol del capital financiero nacional y trasnacional en la reconfiguración del agro y sus perfiles socio-productivos. Sin embargo, respecto a lo que interesa abordar en este momento, es imprescindible entretejer estos pilares junto con las innovaciones en los procesos de gestión y comunicación que generaron nuevas modalidades de trabajo en red entre nuevos actores dominantes del agro. Las alianzas a nivel transectorial generaron convergencias materiales y simbólicas expresadas en nuevas identidades, discursos y prácticas (Gras y Hernández, 2016), que configuran al modelo productivo como proyecto hegemónico. El trabajo en red entre Estado, empresas del sector y comunidad educativa, sostenida como marco ético de trabajo dentro de la propuesta de Escuelagro,  se encuentra en consonancia con la modalidad extendida del modelo de agronegocios:

“(...) durante el primer decenio de esta transformación la red se consolida como espacio de intercambio entre actores económicos (tercerizadores de servicios, proveedores de insumos, financiadores, clientes, etc.) del sector, en un segundo momento, que abarca la última década, la red se extiende más allá de las fronteras del sector, tejiendo alianzas con distintos actores sociales y conformando flujos de conocimiento y prácticas hacia los territorios en las que éstos se insertan.” (Córdoba, 2015)

Esta incorporación torna relevante comenzar a indagar acerca de las formas específicas que asume la creación de proyectos educativos que vinculen empresas del sector y el resto de la sociedad civil y política, ya que allí se manifiestan importantes elementos que hacen a la construcción de la aspiración hegemónica del modelo de agronegocios. Varias autoras, entre ellas Gras y Hernández (2016), Manildo (2013), Córdoba (2015), han llamado la atención sobre el rol de la sociedad del conocimiento en la implementación del agronegocio como modelo dominante en el sector, ya que al “conocimiento” le es otorgado valor como factor productivo central en las prácticas cotidianas agropecuarias.
En este sentido queremos contribuir a líneas de estudio que analicen críticamente actores y esferas de lo público-privado-estatal, que se vinculan estratégicamente para construir consensos y hegemonía en torno al modelo de agronegocios. Es por ello que los materiales producidos para Escuelagro constituye una veta sugerente para analizar cómo se configuran discursos acerca de la ruralidad, los perfiles socio-productivos del campo, y la innovación científica y técnica que es considerada deseable para el Estado. Respecto a esto también es necesario señalar las alianzas de diversos actores por fuera del campo estatal en lo que respecta esta iniciativa, que responden al sector privado y de organizaciones no gubernamentales, que se asocian con el sector agroproductivo en mayor o menor medida.  Es por ello que nos interesa estudiar iniciativas como Escuelagro como proyecto educativo que se inserta en la profundización y continuación de un modelo productivo determinado. El análisis de la dimensión política de estas iniciativas educativas-productivas, implica reconocer que allí se condensan configuraciones de relaciones de poder y hegemonía, reconociendo para ello la complejidad y diversidad de articulaciones que involucran a la sociedad política y a la sociedad civil.
Por lo tanto, los objetivos que guían esta primera aproximación al programa consisten en identificar en la información brindada a través de los materiales de estudio (propuestos para ser implementados en las escuelas) actividades, propuestas y nociones que puedan relacionarse a discursos y prácticas  dominantes para el modelo de producción agroindustrial actual. Para esto hemos decidido identificar fragmentos y líneas recurrentes en la información brindada desde los materiales. Este abordaje nos ha llevado a pensar en tres grandes objetivos que guían estos materiales de estudio y formación para secundarias agrarias y rurales: a. el rol de la producción agropecuaria como productor mundial de alimentos y la necesidad de dar respuesta a una creciente demanda alimentaria; b. el desarrollo de una producción local y regional de la mano de una “vocación” emprendedora y empresarial; c. la incorporación de las Buenas Prácticas Agropecuarias como eje del desarrollo sustentable y facilitador de la creación del valor agregado en la producción agropecuaria y agroindustrial. Consideramos fundamental estudiar desde las ciencias sociales políticas públicas como este programa en cuestión, ya que en él pueden analizarse en detenimiento el fucionamiento de trabajo en red, que conecta distintas entidades e instituciones del sector del agro con otros actores, como en este caso las escuelas agrotécnicas y rurales. En ese sentido creemos que podemos dar cuenta de la importancia adjudicada por parte del estado y distintos actores del agro acerca de la formación estudiantes  secundarios.

Materiales y métodos

Hemos optado por el armado de un corpus documental del programa, que contempla una selección de algunos manuales, videos, boletines y materiales de difusión que se encuentran disponibles en la página oficial del Ministerio de Agroindustria, para los años 2016 a 2018. Los criterios de selección de los documentos respondieron a definiciones sostenidas previa a la lectura, en los cuales la prioridad estaba centrada en identificar discursos acerca de la legitimación del modelo de agronegocios y posibles apreciaciones sobre el estado de situación del modelo productivo. En estos encontramos contenidos y propuestas que permiten reflexionar acerca de la delimitación que hace no sólo el ex Ministerio sino amplios actores del sector agroproductivo, sobre el rol de los jóvenes en el agro, las oportunidades laborales y la división social del trabajo agropecuario, las responsabilidades inscriptas bajo ciertas buenas prácticas, entre otras cuestiones.
Cabe aclarar que nuestro análisis no se sustenta desde las prácticas y recursos pedagógicos del programa, por lo que no nos detuvimos en las modalidades educativas del mismo ni en la planificación en términos pedagógicos. Como antropólogas que abordan prácticas vinculadas a  las experiencias formativas de sectores dominantes del agro, nos interesa analizar los contenidos contemplados en este programa en su relación con la creación de discursos y prácticas legitimizadoras  y creadoras de consenso acerca del modelo de agronegocios. Por lo tanto, nuestro trabajo tiene una finalidad principalmente descriptiva y analítica de los materiales, lo que nos lleva a observaciones que buscan establecer una caracterización de los contenidos de los materiales sin realizar conclusiones determinantes respecto al alcance, implementación y apropiación del mismo. Esta aproximación preliminar fue pensada como una aproximación inicial para futuros abordajes de campo, donde sea posible una efectiva observación participante de cómo este programa y los contenidos curriculares que propone, es apropiada y disputada por estudiantes, docentes y otros capacitadores en las escuelas agrotécnicas y rurales. Para ello, consideramos fundamental tener un análisis previo de cuáles son los objetivos y conocimientos que el programa propone, para luego poder compararlo con las experiencias que se configuran localmente en las escuelas.
Comenzaremos por detallar el origen y la fundamentación de Escuelagro, la propuesta de implementación del programa en las escuelas y los distintos actores involucrados en su desenvolvimiento. Luego haremos un análisis preliminar sobre los grandes ejes temáticos observados a lo largo del corpus documental seleccionado, con la finalidad de dar cuenta de algunos discursos recurrentes sobre el modelo productivo y el mercado laboral donde se deberán insertar los jóvenes al salir de la escuela. Por último reflexionaremos acerca de las implicancias de la llegada de este tipo de programas en las escuelas rurales y agrotécnicas, centrado el interés sobre la necesidad de seguir complejizando la mirada sobre cómo lo “rural” es significado y construido en los discursos estatales. Consideramos particularmente interesante escudriñar a través de los documentos seleccionados cómo son representados y clasificados los destinatarios de esta política educativa estatal.  Desde una perspectiva relacional, apuntamos a analizar la diversidad de actores que se ponen en relación, directa e indirectamente, la formulación de este proyecto educativo.
La metodología de trabajo empleada se basó en una selección del vasto material subido a la página oficial del ex Ministerio, que derivó en lo que llamamos corpus documental. La justificación del compendio producido se basa en que el foco de interés se centraba en la identificación de discursos acerca de la caracterización del modelo de agronegocios. Para ello intentamos reflexionar sobre cómo aparecen graficadas en los materiales la descripción del modelo productivo en argentina, las principales problemáticas dentro de éste, y las salidas laborales y proyectos de futuro pensados para los jóvenes insertos en estas escuelas. El corpus seleccionado es el que figura en la siguiente Tabla 1.

Tipo de fuente

Nombre del material

Manuales Educativos Agrarios Rurales

-Manual de Apicultura; Cunicultura; Horticultura (ler año)

- Manual de Investigación del Medio II - Frutales; Avicultura; Vivero (2do año)

- Manual de Mecánica Agrícola (3er año)

- Forrajes; Mecánica Agrícola; Ovinos y Producción porcina. (3er año)

- Manual de Organización y Gestión de la Empresa Agropecuaria (7mo año)

- Manual de producciones complementarias

Material Complementario (1er a 7mo año)

- Guía de Formación en Buenas Prácticas Agrícolas para hortalizas

- Aula Aapresid

- Educar para emprender.

- Divulgación Científica y la Enseñanza de Ciencia y Tecnología

- Los cultivos transgénicos en Argentina y en el mundo

- La leyenda negra de los transgénicos

Videos

EscuelAgro Institucional

Boletines

-Educación y Agroindustria impulsarán la educación agraria

- La educación agraria como fuente de desarrollo de la agroindustria

Tabla 1.

Corpus documental seleccionado por las autoras para el análisis. Los documentos se encuentran disponibles en la página oficial de gobierno: https://www.argentina.gob.ar/agricultura/escuelagro.

Es necesario mencionar que este artículo se presenta como un trabajo inicial sobre la temática. Las categorías nativas rastreadas en los documentos serán señaladas mediante el uso de la marcación cursiva.

Escuelagro: “un puente entre la educación agraria y la experiencia empresarial”
Escuelagro se encuentra coordinada por una Comisión Permanente de Educación Técnico Agropecuaria y Agraria, resultado de la cooperación entre el ex Ministerio de Educación y Deporte (actual Ministerio de Educación, Cultura, Ciencia y Tecnología) y el de Agroindustria. Recientemente se incorporaron además el Ministerio de Producción y Trabajo. Se promueve “la implementación de procesos sistemáticos de formación que articulen el estudio y el trabajo, la investigación y la producción” (Ministerio de Agroindustria, 2017). En distintos boletines se hace referencia a la amplitud profesional que abarca el sector agrario para el que se estarían formando los jóvenes, haciéndose necesario una enseñanza específica sobre las últimas innovaciones en tecnología, productos y servicios existentes en el mercado nacional.
Esta iniciativa es descrita por el Ministerio como un espacio de actualización técnica y de intercambio destinado a directivos, docentes, estudiantes y miembros de secretarías de producción municipales. Se apunta como ámbito de encuentro las escuelas rurales y agrotécnicas de Argentina. Las temáticas que aparecen constantemente como columna vertebral en los materiales de estudio son la biotecnología, la producción de alimentos en un mundo cada vez más superpoblado, sustentabilidad ambiental y las denominadas Buenas Prácticas Agropecuarias (BPA en adelante). Para alcanzar tal ambiciosa meta se propone un trabajo en red entre más de ochenta empresas privadas que articulan con diversas instituciones públicas y estatales. En el confeccionamiento de los documentos subidos a la plataforma oficial de Escuelagro se encuentran especialmente mencionadas esferas del gobierno como el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), Instituto Nacional de Educación Tecnológica (INET); desde el sector gremial la Unión Argentina de Trabajadores Rurales y Estibadores (UATRE); redes sectoriales como la Red Buenas Prácticas Agrícolas;  las asociaciones técnicas del sector  Asociación Argentina de Productores en Siembra Directa (Aapresid), Asociación Argentina de Consorcios Regionales de Experimentación Agrícola (AACREA), ArgenBio; Fundación para la Aplicación de Nuevas Tecnologías en la Agricultura, el Medio Ambiente y la Alimentación (Antama) como asociación civil española (Antama); y organismos internacionales como el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA), entre otras.
Las actividades que se garantizan desde este programa se centran en

“(...) ofrecer desde visitas y cursos o talleres de capacitación destinados a docentes, directivos y/o alumnos de las escuelas agrarias y rurales; hasta brindar a los docentes y/o directivos de las escuelas agrarias y rurales instrucción en relación al proceso industrial involucrado para la fabricación de sus productos y servicios abriendo el espacio a prácticas profesionalizantes en la industria” (Ministerio de Agroindustria, 2017).

El alcance territorial de Escuelagro se presenta sumamente difuso, ya que si bien es enunciado como una política educativa que tiene como destinatarios de sus proyectos las escuelas agrotécnicas y rurales, no se especifica si será de alcance universal para todas las escuelas.  Nuestra hipótesis es que la implementación del programa depende de la coordinación entre el Ministerio de Agroindustria y los Ministerios de Educación provinciales, quienes deberán garantizar las condiciones materiales y certificaciones correspondientes a las actividades a realizar. Desde la información recaudada de los boletines oficiales puede apreciarse una enorme cantidad de charlas y talleres en la provincia de Buenos Aires, la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, con una menor participación en las provincias de Catamarca y Tucumán. Entendemos que esto se debe no a la ausencia de escuelas rurales en otras regiones del país, sino quizás como la expresión de la falta de implementación de este programa en los respectivos ministerios de educación provinciales. En los informes de gestión y planificación para este 2019, se planifica desde Agroindustria continuar con la implementación de esta política educativa en todo el territorio del país.
Si bien no nos hemos detenido en esta oportunidad en observaciones y un detallado análisis sobre las expresiones presenciales del dictado de talleres de capacitación y conferencias organizadas por la amalgama de actores reunidos en Escuelagro, consideramos que el confeccionamiento de documentos y materiales resulta fundamental para asentar e implementar una política educativa de tan amplia magnitud. Es por ello que resulta indispensable tener en cuenta a estos documentos como expresión material donde se condensan relaciones claves entre los distintos actores protagonistas en la formulación de este llamado proyecto educativo.
Los materiales disponibles en la página de Agroindustria figuran en carpetas diferenciadas, en las que se pueden encontrar videos institucionales, boletines informativos en formato periodístico sobre declaraciones públicas de funcionarios, directivos, estudiantes sobre Escuelagro y otras novedades, manuales y cartillas de estudio divididos para diferentes años de cursada, material informativo en formato de presentaciones Powerpoint, y por último algunos folletos institucionales de la Secretaría de Agroindustria. Como se ha mencionado anteriormente,  en la redacción de estos materiales han participado diversos actores del ámbito privado, y como se verá en otros apartados, no todos los documentos fueron elaborados desde la iniciativa Escuelagro, sino que son materiales elaborados para otras instancias desde otras instituciones. Más adelante volveremos sobre esta cuestión.
La selección del corpus documental responde a criterios de un recorte inicial, analizando en detalle aquellos en los cuales se pudieran observar ciertas condensaciones discursivas acerca de la caracterización del actual modelo agroindustrial, el rol de los jóvenes y su inserción laboral en este modelo, y la dimensión educativa que atraviesa estos documentos en cuanto a la formación de generaciones éticamente proactivos y responsables.

Fortaleciendo la educación agraria: emprendedurismo y buenas prácticas

Hemos identificado, a lo largo de la lectura del corpus seleccionado, tres grandes objetivos que guían los materiales de estudio y formación para secundarias agrarias y rurales: a. el rol de la producción agropecuaria como productor mundial de alimentos y la necesidad de dar respuesta a una creciente demanda alimentaria; b. el desarrollo de una producción local y regional de la mano de una “vocación” emprendedora y empresarial; c. la incorporación de las Buenas Prácticas Agropecuarias como eje del desarrollo sustentable y facilitador de la creación del valor agregado en la producción agropecuaria y agroindustrial.
Parte de los hallazgos o resultados que hemos tenido para esta etapa de la investigación es reparar en cuál es el modelo productivo en el que se busca formar a los estudiantes, cuáles son las características de esta forma de producir, y también como se argumenta discursivamente la implementación de estas formas por sobre otras. Estas líneas que hemos identificado dan cuenta de los objetivos del programa y la caracterización de lo que se espera que los alumnos aprendan y, una vez egresados, que se incorporen a estas redes que conforman las relaciones que hacen posible el sostenimiento de estos modos sociotécnicos de producir. Las categorías  “nativas” fueron seleccionadas para describir los contenidos de los materiales y caracterizar el modelo productivo que se fomenta a partir de este desde las propias palabras utilizadas en dichos materiales.
Consiguientemente haremos una breve caracterización de cada uno de estos objetivos reconstruidos:

Argentina como supermercado de alimentos

Uno de los principales argumentos para el fomento de la agroindustria y la inserción de jóvenes formados en el mundo agroalimentario es señalada en los manuales como la necesidad de responder a un mercado mundial cuya demanda de alimentos continúa incrementándose al ritmo del crecimiento demográfico, cual imperativo malthusiano. Esta preocupación va en consonancia con las pautas asumidas internacionalmente como lo es la seguridad alimentaria y el objetivo de “Hambre Cero” contemplado en los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas 2030. Este factor es retomado en el programa como una de las principales responsabilidades del país y como el desafío que hará posible el desarrollo de la economía nacional, utilizando en distintos pasajes la denominación de Argentina Sustentable como el país del futuro hacia la cual encaminar nuevas prácticas agropecuarias. En los materiales se observa una crítica hacia el bajo valor agregado de las exportaciones de origen agropecuario, lo que resulta en disminución de puestos de trabajo en el sector industrial. Esto se solucionaría

“(...) elevando el valor y el trabajo de las toneladas exportadas generando desarrollo territorial sustentable con ordenamiento y gestión municipal a nivel de parques industriales integrales donde la educación formal y no formal sean bien orientadas para que los jóvenes innovadores sean prósperos y exitosos en la creación de Pymes.” (Ministerio de Agroindustria, 2018 b: p. 171).

Se desprende de la lectura detenida que la suplantación de Argentina como Granero a Supermercado del Mundo es una meta ideal a alcanzar ya sea mediante la industrialización o una mezcla entre ésta y la transformación de proteína animal supliendo la exportación de commodities. La fuerte mención en la necesidad de planificación estratégica (a cargo de políticas de Estado) y un desarrollo técnico, científico, tecnológico ordenado del territorio, se tiene que vincular necesariamente por estructuras de educación que le otorguen herramientas de innovación competitivas para diferenciar los alimentos argentinos en las góndolas del mundo y poner en un plano de reconocimiento la Marca Argentina (Ministerio de Agroindustria, 2018 b).
Este desafío no sólo se reduce a la agroindustria sino que se enuncia como una necesidad que debe ser abordada desde políticas estatales, lo cual sólo resulta posible mediante un extenso trabajo en red, entre actores públicos, privados y estatales; pero también un esfuerzo para que dentro de las comunidades educativas se formen a los futuros “emprendedores” sin prejuicios sobre las técnicas de cultivo del modelo hegemónico. Es por ello que en los documentos examinados se construye una valoración positiva sobre los transgénicos, los Organismos Genéticamente Modificados (OGM), la siembra directa, en pos de resolver la problemática del hambre en el mundo y de disminuir los riesgos para los productores frente a condiciones climáticas cambiantes. Se puede observar material subido a la página oficial de Escuelagro de la asociación técnica Aapresid, que mediante su proyecto “Aula Aapresid” impulsa talleres de divulgación de formas de producir de manera sustentable. En los textos de promoción de las Aulas aparece la necesidad por parte de asociación de frenar  divulgaciones erróneas acerca de la implementación de la siembra directa como nociva para el suelo (Aapresid, 2018). La necesidad de informar a los jóvenes sobre los correctos usos de tecnologías de punta no solamente tiene como finalidad una incorporación técnica para agilizar y optimizar recursos, sino que se liga además a la creación de nuevos imaginarios libres de lo que son considerados prejuicios sobre los efectos del agronegocio.

Desarrollo local/regional y comunidades: Nexo con las familias y transmisión de conocimientos.
El programa Escuelagro propone como receta fundamental el trabajo en red entre distintos sectores del agro, dentro del cual se adjudica a las comunidades educativas el lugar de encuentro entre las empresas agroindustriales, los referentes locales, las políticas estatales y las familias. Los jóvenes de las escuelas agrarias y rurales son los destinatarios de una serie de contenidos que los capacite para desempeñarse en las economías regionales como futuros emprendedores y/o productores agropecuarios. Todos los manuales llevan en las primeras páginas unas palabras dedicadas al lector donde se especifican los objetivos que todos ellos comparten como parte de una serie de materiales que plantean un recorrido de formación escolar desde el primero al séptimo año de la educación media. Entre estos se encuentra:

1.- dotar a los jóvenes de capacidades y competencias profesionales y culturales, que mejoren sus posibilidades para que conozcan en profundidad la agroindustria de nuestro país y puedan insertarse, siendo parte activa, en el mundo productivo, globalizado, tecnificado y  complejo (Ministerio de Agroindustria, 2018 a).

En cuanto al desarrollo regional, el manual para segundo año de “Investigación del Medio II” (Ministerio de Agroindustria, 2018 d) repara en las diferentes producciones de acuerdo a las zonas productivas del país, incluyendo actividades donde se solicita a los estudiantes que registren cuáles son las agroindustrias propias de sus regiones y la importancia relativa de las mismas. Se incentiva a los jóvenes y a sus familias a la práctica de actividades productivas marginales o de menor escala (como la helicultura; cunicultura; avicultura;apicultura; horticultura familiar entre otras) por medio de contenidos afines a estas prácticas productivas y una perspectiva que fomenta la denominada vocación emprendedora.
El emprendedurismo constituye uno de los ejes angulares del proyecto educativo de la escuela media y apunta a generar en los estudiantes habilidades para generar sus propios espacios de trabajo (César y Villalobos, 2014). De acuerdo a los materiales anexos que acompañan los manuales del programa, una de las preocupaciones educativas en estas escuelas secundarias es legitimar el rol emprendedor en la sociedad. De esta manera se configuran perfiles de estudiantes que puedan aportar al desarrollo regional gestionando creativamente un emprendimiento propio, aunque de manera articulada con otros productores agropecuarios. La capacitación incluida en los materiales se orienta hacia la autogestión de pequeñas empresas o emprendimientos personales y a la organización y la administración dentro de grandes empresas, a las que los alumnos de las escuelas agrotécnicas podrían ingresar en calidad de trabajadores. Sin embargo, el perfil del egresado ideal debe ser capaz de generar sus propias oportunidades de trabajo sin depender de una estricta relación de dependencia. La perspectiva del trabajo en red optimiza la posibilidad de insertarse dentro de la trama productiva como un emprendedor en vinculación con otros empresarios y productores agroindustriales de mayor o menor escala.
Por otro lado, se busca constituir a los núcleos familiares como potenciales receptores de las demandas que las empresas agroindustriales proyectan en las comunidades. Los materiales orientan los contenidos directamente relacionados con la producción en la esfera del agronegocio en los últimos años de su trayectoria escolar, mientras que las formas de producción subsidiarias se concentran en los años inferiores, lo cual coincide con el momento en que se enfatiza el papel del alumno como nexo entre la escuela y la familia. En el manual de BPA se señala que: “Tiene un triple objetivo: que puedan transmitir los conocimientos adquiridos a los más pequeños, que puedan aplicarlos ellos mismos –si se dedican a las actividades agrícolas– y, al mismo tiempo, que puedan transmitir esos conocimientos a los más grandes”(Instituto Iberoamericano de Cooperación para la Agricultura; 2016: p.15).  Incluso se apunta a la generación de hábitos en los alumnos para asegurar la implementación de prácticas como las BPA en los núcleos familiares. Esto podría entenderse desde la necesidad de formar a los jóvenes como nexo entre las “comunidades” (empezando por sus propias familias) y los sectores productivos. De esta forma no se trata sólo de formar jóvenes trabajadores emprendedores del agro, sino también de formar familias que respondan efectivamente a un modelo agroproductivo determinado.

Buenas Prácticas Agrícolas: valor agregado y desarrollo sustentable
El concepto de BPA es definido como: “conjunto de principios, normas y recomendaciones técnicas aplicables a la producción, procesamiento y transporte de alimentos, orientadas a asegurar inocuidad de los productos, la salud de los trabajadores y el cuidado del medio ambiente” (Instituto Iberoamericano de Cooperación para la Agricultura, 2016: p.13). Se encuentra frecuentemente mencionada en los manuales de estudio, como en los materiales anexos. Identificamos la utilización de este concepto dentro de un contexto de aplicación de políticas internacionales, que alcanzan su mayor representación en organismos como Naciones Unidas y el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura, entre otras. La implementación de dichas prácticas es planteada no sólo como necesaria para asegurar un desarrollo sustentable de la producción agroindustrial, como meta indispensable para la denominada Argentina Sustentable, sino como un marcador de calidad. Es un requisito estratégico fundamental para la competitividad de los productos en el mercado internacional. El valor agregado no sólo constituye un desafío para la empresa agroindustrial privada, sino también para la agenda pública en cuanto a la calidad de las exportaciones, lo cual implica la necesidad de políticas que respondan a estas exigencias:

Estos cambios generan la necesidad de planificación estratégica (Política de Estado) y un desarrollo técnico, científico, tecnológico ordenado del territorio, acompañado de estructuras de educación acorde a los tiempos modernos que le otorguen herramientas de innovación competitivas para diferenciar los alimentos argentinos en las góndolas del mundo y poner en un plano de reconocimiento a la “Marca Argentina” (Ministerio de Agroindustria 2018 b: p.171 y 172).

El desarrollo territorial eficiente en base a un ordenamiento determinado lograría asegurar el éxito en esta tarea, y es allí donde se resalta la dimensión educativa como fundamental para que los jóvenes emprendedores egresados de las escuelas logren triangular social, económica y ambientalmente sus actividades productivas.
En los manuales se apunta a la generación de hábitos en los alumnos, como fue señalado en el punto anterior, tanto para sus emprendimientos personales como para asegurar su implementación en los núcleos familiares que no asisten regularmente a la escuela, pero que forman parte de la comunidad educativa. Está de más aclarar que se presupone en estos casos que se está pensando que a la sescuelas rurales ya agrotécnicas asisten alumnos provenientes de familias ideales, que se dedicarían a labores agrícola-ganaderas. Estos hábitos corresponden al afianzamiento de habilidades y conocimientos relacionadas a una manera sana, segura y amigable de producir (eficientemente) para el ambiente. Dentro de estos discursos la sustentabilidad es un concepto repetido: “Tal desarrollo sustentable conserva el suelo, el agua y recursos genéticos vegetales y animales; no degrada el medio ambiente; es técnicamente apropiado, económicamente viable y socialmente  aceptable” (Instituto Iberoamericano de Cooperación para la Agricultura; 2016: p.13). Este concepto forma parte de las metas que habilitan la implementación del modelo de producción agroindustrial como la alternativa más favorables, adecuadas, donde todos ganan.

Contextualizar descontextualizando: Acerca de los diseños de los manuales

Los ejes que han sido desprendidos analíticamente del corpus documental construido, se presentan como ya se ha mencionado en formatos diversos: videos, manuales de enseñanza, diapositivas, folletos, entre otros. Desde una anticipación inicial se puede esbozar que algunos pueden llegar a tener una utilización didáctica para presentar temáticas en el aula, como lo son las diapositivas en formato PDF que podrían ser empleados como presentaciones Slide o Powerpoint por docentes o expositores en una presentación de temáticas diversas. Los videos presentes son en su mayoría institucionales, con recursos de animación técnicamente muy simples, de aproximadamente uno a tres minutos de duración. A excepción de otros que presentan una forma de crónica periodística, estos apuntan a explicar a grandes rasgos en qué consiste el proyecto Escuelagro (Ministerio de Agroindustria, 2018 c); es por ello que suponemos que son incorporados como documentos de difusión de la iniciativa tanto dentro de las mismas escuelas, como en otras esferas estatales y para promocionarla en empresas del sector. Los manuales que aquí hemos denominado de enseñanza, que se encuentran clasificados por niveles (de 1ero a 7mo año) contienen un compendio de páginas mayores al resto de documentos, y contienen una breve introducción que sitúa al lector sobre su proceso de confección. Presentan un largo desarrollo sobre las temáticas propuestas según tipo de producción y sector productivo. Dado a la presencia de algunos recuadros con preguntas explícitas dirigidas al potencial lector sobre la comprensión del material expuesto, inferimos que se puede tratar de material de enseñanza para ser empleado por los docentes en la enseñanza de los alcances del programa.
Uno de los propósitos que guió la investigación presente era tratar de analizar no solamente los discursos de Escuelagro (y por lo tanto de Agroindustria) sobre lo que se considera una formación científica sobre el modelo productivo agroindustrial y quiénes deberían trabajar en él, sino también identificar cómo se piensa desde esta rama del Estado la formación misma de estos jóvenes de escuelas agrarias y rurales. En este sentido interesa indagar acerca de cómo son representados y clasificados  los destinatarios en los dispositivos estatales. Lo que se pudo observar es que hay un fuerte acento puesto en el contexto actual donde los jóvenes se deben insertar durante y luego de su paso por estas escuelas; pero en términos de propuestas didáctico-pedagógicas más específicas, no se encuentran en los documentos analizados rastros de adaptar los contenidos propuestos en ellos a estudiantes, docentes o directivos de las escuelas.
En el caso de los manuales, es elemental remarcar el carácter técnico en los que están formulados los contenidos, y ello responde especialmente a quienes se encargaron de la redacción (INTA, AACREA, Aapresid, entre otros). En estos documentos aparecen cuadros y gráficos que parecen provenir de otras producciones (a veces éstas se encuentran citadas, pero en su mayoría no), de calidad gráfica muy baja. Concentrando el ojo en una lectura atenta se pueden observar cambios en las formas de redacción, lo que podría dar cuenta de una división interna entre distintos actores a la hora de confeccionar el material. Lo que llama más poderosamente la atención es la escasa relación entre el contenido explayado en las páginas y propuestas escritas o actividades que generen apropiaciones del contenido para el estudiante. Es necesario observar que quizás no todo el material elaborado por Escuelagro se encuentre subido a la página oficial de internet, y que quizás existan otros recursos con los que los docentes y/o expositores cuenten a la hora de enseñar estas temáticas en el espacio áulico. Además es relevante mencionar cómo la mayoría de los manuales se encuentran con atravesadas por una marca de agua que dictamina “material provisorio”.
Queda a disposición de futuros trabajos realizar una observación minuciosa de las formas en la que son incorporados estos materiales en el espacio áulico y cómo sus contenidos son apropiados por los alumnos.

Discusiones y presentación de algunos primeros resultados y observaciones a considerar: Ruralidad como faro de la innovación

La ruralidad ha sido entendida en diversos casos como una modalidad subsidiaria de educación a ser desarrollada en contextos de “falta” de accesos y recursos, que debe ser respaldada necesariamente por otros sectores de la sociedad civil en pos de garantizar la obligatoriedad escolar. En este sentido remarcamos el carácter poco novedoso de la presencia empresarial y de organizaciones sin fines de lucro en el espacio escolar, ya que la figura de escuelas apadrinadas por empresas privadas es un fenómeno que viene siendo estudiado hace algunos años no solamente en Argentina, sino en otros países del cono sur. Esta imbricación Estado-escuelas-empresas no se da únicamente en casos aislados periféricos, sino que se encuentra contemplada  en la Ley de Educación Nacional 26.206 elaborada en el 2006, en la cual se propone para la modalidad rural la integración de su desarrollo a redes intersectoriales de organizaciones gubernamentales y no gubernamentales y agencias de extensión a fin de coordinar la cooperación y el apoyo de los diferentes sectores para expandir y garantizar las oportunidades y posibilidades educativas de los alumnos.
A la hora de comenzar a indagar sobre  la creación de este programa, llama la atención cómo se plantea esta iniciativa como una serie de encuentros periódicos, a largo plazo y de seguimiento continuo en las comunidades educativas, en contraste con los escasos estímulos que históricamente ha contado la modalidad de educación rural en Argentina. Esto torna especialmente inspirador cómo en un contexto de impulso modernizador, la escuela rural y agrotécnica se centra como “faro” de innovación agrotécnico y productivo; los futuros egresados, considerados como futuros profesionales que desarrollan, articulan, innovan, producen y exportan productos agropecuarios o agrotecnológicos diversificados, anclados regionalmente. La formación de jóvenes se plantea a través de contenidos desde una mirada científica libre de prejuicios. Las escuelas agrarias y rurales son vistas, desde la narrativa de las publicaciones de la Secretaría de Agroindustria, como cuna de futuros innovadores que impulsarán el motor de desarrollo regional. El Estado se convierte aquí en triangulador de los esfuerzos intra y extrasectoriales del agro que se proponen garantizar formación educativa en y para el agro.
Estudiar este programa de encuentros de formación y seguimiento continuo, permite entender a la educación como una dimensión fundamental, estratégica y disputada a nivel social, que involucra una multiplicidad de actores, instituciones y espacios cotidianos, que para este caso se encuentra correlacionada dialécticamente con el modelo de acumulación general en el agro y los procesos de construcción de hegemonía de los sectores dominantes en él. Una cuestión que vale la pena mencionar, es cómo a través de estos contenidos se promueven ciertos perfiles de profesionalización en el agro bajo la lógica de una sociedad de conocimiento que se rige por la ciencia y la técnica (Hernández, 2007) encarnada en prácticas como la siembra directa, el uso de ciertos tipos de maquinarias, las BPA y el trabajo intensivo en red. Los materiales reunidos en la página oficial de Escuelagro ofrecen pensar a las prácticas educativas de las escuelas secundarias agrarias y rurales desde la renovación permanente de las técnicas agronómicas y ganaderas utilizadas, la flexibilidad productiva, amplitud para integrar y articular nuevos negocios, la dedicación de tiempo, dinero y energía a la participación en espacios donde se concentra el “saber experto”; fomentado bajo un ideal que concibe la educación como formación personal, al mismo tiempo que como faro de innovación para una Argentina en crecimiento de cara al mercado mundial.
Por otra parte, a primera vista podría encontrarse un tanto paradójico que el contenido de los materiales contenga por un lado prácticas productivas marginales o a pequeña escala como lo es la apicultura; lombricultura; helicultura; horticultura; producción caprina; etc (contemplados en los manuales de los primeros años de la formación media y en el manual de “producciones complementarias”), en paralelo a una formación en materia de gestión de una empresa agroindustrial. Esta formación podría enmarcarse en el doble objetivo planteado por el programa, en cuanto a fomentar el emprendedurismo y el desarrollo regional y a la vez formar trabajadores aptos para responder a las exigencias del mercado laboral. Resulta necesario aclarar que el énfasis de la capacitación no está puesto específicamente en formar a los estudiantes como potenciales trabajadores asalariados capacitados técnicamente para la producción agropecuaria, sino en la posibilidad de formar emprendedores especializados en una gestión de tipo empresarial que se inserten en las redes productivas e incluso puedan ser generadores no sólo de sus propios espacios de trabajo sino también de productos e innovaciones técnicas a implementar en el sector. Una interpretación posible de la direccionalidad de estas políticas públicas, es que la implementación de estas prácticas productivas podría enmarcarse en lo que se entiende como la conservación y potenciación de las formas de dominación de las clases dominantes, asegurando la reproducción de las clases subalternas en tanto subalternas (Ezpeleta y Rockwell, 1983). Se observa que se incentiva la producción de prácticas productivas marginales o subsidiarias a las grandes producciones agropecuarias en los núcleos familiares que no podrían acceder a medios de producción a gran escala. Aunque para ahondar en esta posibilidad sería necesario indagar en la implementación efectiva de estas políticas, ya que por la mera observación de los manuales escolares no podemos analizar cómo se realizan estas actividades de intercambio con las mencionadas comunidades educativas, si efectivamente se implementan estos conocimientos en las prácticas productivas locales.
Muchas de las innovaciones técnicas que se enuncian como tecnología de punta en los materiales  llevan siendo implementadas en el país desde la década de los ‘90 como es el caso de la siembra directa. Por lo tanto cabe preguntar qué tan innovador resulta capacitar a los estudiantes en este tipo de conocimientos o por qué se exalta su condición de renovadoras de la producción agropecuaria. Sostenemos que una de las intenciones de esta forma de presentarlas no es solamente un énfasis en la renovación constante y la necesidad de hacer que los alumnos incorporen una visión tecnicista progresiva, sino también como una forma de generar legitimación y extensión de estas técnicas que se presentan como la única forma de producción competente para hacer frente a las exigencias del mercado internacional en el que se espera insertar la producción.
En este sentido también es necesario mencionar el rechazo por amplios sectores de la sociedad civil, que se oponen a lo que ellos denominan una imposición ideológica del agronegocio. La categoría “política de educación transgénica” (Aranda, 2018), abre en ese sentido un abanico de preguntas sobre el rol del Estado, las empresas y las comunidades educativas a la hora de abordar las consecuencias del modelo de agronegocios que estos manuales no mencionan: las toxicidades del uso de agroquímicos, la amenaza a la soberanía alimentaria a partir del uso de OMG, las fumigaciones ilegales, el patentamiento de semillas, las poblaciones campesinas expulsada de tierras, entre otras cuestiones.
Es de nuestro interés continuar y profundizar este trabajo inicial, analizando el funcionamiento efectivo del programa Escuelagro en las escuelas, atendiendo a los procesos de producción y resignificación de políticas estatales durante su implementación. Resulta atractivo analizar la diversidad de actores que se ponen en relación, directa e indirectamente, durante la puesta de funcionamiento de políticas estatales y la pluralidad de sentidos que se despliegan en torno a los elementos que se movilizan. Nuestra perspectiva teórico-metodológica nos invita a prestar atención a las disputas y resignificaciones que se pueden observar en los destinatarios de estas políticas públicas.
Estas primeras indagaciones nos han permitido reparar en los contenidos recurrentes en los que se espera formar a los estudiantes de estos institutos secundarios agrotécnicos en distintos sectores del país. Lo cual incluye modos de producción que priorizan la gran escala y la rentabilidad por sobre la sostenibilidad de la producción. Estos hallazgos lejos de ser determinantes consisten apenas en un primer acercamiento que debería corroborarse mediante un exhaustivo trabajo de campo y una observación directa de como estos contenidos que a simple vista resultan “hegemónicos” son reapropiados y reconfigurados por quienes forman parte de este tipo de iniciativas educativas desde políticas públicas siempre en disputa en los diferentes territorios. Como todo trabajo de caracterización hemos intentado dejar de lado nuestras propias preconcepciones respecto de los modelos productivos para centrarnos en un análisis predominantemente descriptivo.

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