ARTÍCULO ORIGINAL
Eventos y redes de acción en los estudios organizacionales. Su relación con el sensemaking y el significado
(Events and action networks in the organizational studies. Its relationship with the sensemaking and the meaning)
Juan Emilio Torres - Javier Alejandro Pierre - Paula Soledad Quiñones * (2016)
* Universidad Nacional de Córdoba - Instituto de Administración - Facultad de Ciencias Económicas - Av. Valparaíso s/n, Ciudad Universitaria - CP X5000HRV - Ciudad de Córdoba - Argentina. Correo Electrónico: jetorres@eco.unc.edu.ar
RESUMEN
Recientemente las críticas posmodernas a las teorías sociológicas tradicionales discuten si los eventos tienen valor estructural en sociedades desestructuradas y si los eventos son una vía de cambio en sociedades que viven en un cambio permanente.
Dentro de los estudios organizacionales estas críticas no han sido ignoradas. Numerosos investigadores se han sumergido en el intento por definir, interpretar y caracterizar la ocurrencia de eventos dentro de las organizaciones. Otros investigadores han abordado la importancia de estudiar cadenas de eventos construidas por redes de acción. Este enfoque busca enfrentar la peculiaridad, simultaneidad y multiplicidad de eventos presentes en el acto de organizar los cuales son unidos y enlazados por los actores en la construcción de historias dentro de las organizaciones.
En el presente trabajo se plantea realizar una revisión bibliográfica determinando diferencias y aproximaciones en la relación entre Teoría de Eventos, Redes de Acción, Sensemaking y Significado, que permitan reflexionar acerca de la importancia de estos conceptos para la construcción de significado entre los miembros de una organización.
Palabras Clave: Estudios Organizacionales; Eventos; Redes de Acción; Sensemaking; Significado.
ABSTRACT
Recently, postmodern critiques of traditional sociological theories discuss whether events have structural value in unstructured societies and whether events are a path of change in societies living in permanent change.
Within organizational studies these proposals have not been ignored. Many researchers have been dipped in an attempt to define, interpret and characterize the occurrence of events within organizations. Other researchers have addressed the importance of studying chains of events built by action networks. This attempt seems to be associated with the presence of events represents an opportunity for ethical judgments kind, as they are not routine and are a space for reflection and challenge the established codes. It has also addressed the importance of studying chains of events built by action networks. This approach seeks to address the peculiarity, simultaneity and multiplicity of events present in the act of organizing which are linked together and the actors in the construction of stories within organizations.
This paper presents a literature review performed by determining differences and approaches in the relationship between Theory Event Action Networks, Sensemaking and Meaning, for reflections about the vital importance of these concepts to the construction of meaning between members of an organization.
Key Words: Studies Organizational; Events; Action Networks; Sensemaking; Meaning.
INTRODUCCIÓN
Bajo la visión dominante, en los estudios organizacionales el campo de aplicación es similar a la ingeniería. Las organizaciones se toman como sistemas abstractos (conjunto de reglas operativas formales para las normas de la racionalidad procedimental) con el fin de revelar los principios de administración. El supuesto que subyace es que no existe el tiempo, la temporalidad y la emergencia ni las historias individuales ni colectivas. El comportamiento del pasado se toma para explicar la acción humana que se relaciona con la teoría de una manera técnica instrumental (Tsoukas & Chia, 2011).
Desde esta perspectiva dominante en los estudios organizacionales, la organización es concebida como un medio para ordenar, estructurar y controlar el mundo caótico exterior e interior. La concepción “entitativa” sostiene que las entidades (actores, roles, tecnologías) pueden interactuar en una variedad de formas, pero analíticamente se mantienen intactas. Estas entidades constituyen procesos.
En esta línea, el evento es algo que sucede “por fuera” de la organización. De esta manera se asocia frecuentemente a los eventos con objetos claramente identificables en un espacio y tiempo determinados. Por ejemplo, tomemos la quiebra de una cadena argentina de restaurantes de comida rápida, durante la década del 90. Este evento específico (caso empresario de estudio) requirió una explicación causal. Resulta clara la importancia de la investigación sobre casos específicos, coincidiendo con la preeminencia de la enseñanza de casos en las escuelas de negocios. (Runde & de Rond, 2010). La ocurrencia de un evento explica la ocurrencia de otro. De ese modo, se desarrollan modelos de causación.
La pregunta que surge es acerca de qué tipo de razones son verdaderas causas, y cuáles serían sus efectos. Esta perspectiva de “conductismo verbal” (Runde & de Rond, op.cit.) se encuentra en explicaciones causales en estudios de filosofía y organizacionales, indagando sobre explicaciones causales de eventos específicos o individuales. Los casos empresariales se abordan tanto por las explicaciones ofrecidas por los actores en el curso de sus actividades diarias, como por las explicaciones dadas por los investigadores organizacionales.
Dos grandes supuestos resumen esta propuesta:
1. Las personas desde su actividad cotidiana ofrecen explicaciones causales sobre eventos específicos.
2. Lo que las personas realmente conocen sobre las causas, en cualquier caso particular, es usualmente parcial, situado y falible.
En definitiva, una combinación de realismo ontológico con modestia epistemológica (Runde & de Rond, op.cit.). Se intenta explicar lo que ocurre en base a hechos objetivos. Los eventos son definidos como algo limitado y bien localizado, manteniendo relaciones causales entre uno y otro.
Muchos filósofos han tenido implicaciones interesantes en la teoría organizacional y por su consideración filosófica de los eventos. Estas consideraciones filosóficas fueron recogidas de manera interesante por Weick (1974, 1995) y en su particular impacto a través de su movimiento ontológico desde las organizaciones al organizar. Reveló (en términos teóricos) un mundo hasta ese momento casi invisible, un mundo de restricciones evolucionando en interacciones. El ajuste de ver al cambio como un hecho consumado (como una sucesión de estados) hacia verlo como inmanente en las organizaciones, derivado de la reflexividad de los actores, ha llevado a algunos investigadores a hablar de “conversión organizacional” (Tsoukas & Chia, 2002) o el “devenir organizacional” (Hernes, 2014).
La idea general de que uno debe estudiar eventos tiene una larga tradición filosófica, que va desde la visión de Dewey (1929) de que las experiencias discretas son una unidad clave de análisis, el contextualismo de Pepper (1948) que sugería que los fenómenos solo pueden ser entendidos en términos de eventos distintos y el contexto circundante (Morgenson et al, 2015), el monismo anómalo de Davidson (1970) hasta la visión de Deleuze preocupado por combinar estructuras y series con una filosofía de eventos (Williams, 2009) en un monismo como sinónimo de pluralismo (Posleman,2014).
En los estudios de organización, muchos estudiosos orientados a lo micro han utilizado términos que describen eventos tales como incidentes críticos, shocks, sacudidas, hitos, ocurrencias, ejemplos prototípicos, crisis, puntos de inflexión, y emergencias. Otros estudiosos han utilizado específicamente la terminología de “evento”, centrándose en cosas tales como eventos afectivos, eventos de justicia, eventos de anclaje, eventos organizacionales incrustados, eventos trascendentales, eventos positivos, eventos negativos, eventos de la vida diaria, eventos de trabajo, eventos poco comunes, eventos estresantes de vida, eventos nuevos y perturbadores (Morgenson et al, op.cit) y eventos como Cadenas o Redes de Eventos (Czarniawska, 2015).
Sin embargo y pese a lo anterior ha habido relativamente poca discusión en los estudios de organización acerca de cómo los eventos se convierten en significativos y cómo llegan a impactar en los procesos de las organizaciones a través del espacio y el tiempo.
OBJETIVOS
En el presente trabajo se propone:
Introducir la relación y el impacto de la concepción filosófica del evento y las posturas en los estudios organizacionales.
Describir y comparar las perspectivas teóricas a través de los autores seleccionados en ambos campos, acerca de cómo los eventos se convierten en significativos y como impactan en los procesos micro de organizar a través del tiempo y el espacio.
MATERIALES Y MÉTODOS
Dado el énfasis en los estudios organizacionales de analizar los eventos en las interacciones sociales (nivel micro) y a destacarse la importancia e inevitabilidad del lenguaje en las mismas que da lugar al giro lingüístico, se seleccionaron dos autores, desde el campo filosófico, que aparecen como importantes dado que ambos visualizan la condición creativa del lenguaje: Davidson y Deleuze, aunque utilizan diferentes concepciones del evento.
La pregunta es en qué medida el lenguaje determina o es determinado por lo real. Entre ambos autores se generan algunas zonas de tensión alrededor de esta pregunta.
Desde el campo organizacional, por su importancia e impacto en los estudios de organización, se perfilaron para ser comparados en este trabajo, con sus correlatos del campo filosófico:
Weick caracteriza su perspectiva de sensemaking como un giro en las circunstancias de una situación (evento) que es comprendido de manera explícita en palabras y que sirve como trampolín para la acción. A su vez su descripción de evento y las particularidades cognitivas de su proceso de sensemaking parecen ser bastante compatibles con la concepción de evento mental de Davidson.
Czarniawska por su parte, concibe a las organizaciones como cosificaciones temporarias, y considera que la construcción del fenómeno organizacional es realizada por las personas a través del uso de las narrativas. Además incorpora el concepto de redes de acción o cadenas de eventos, lo que parece acercarse a la postura filosófica de Deleuze, en cuanto a la importancia de series de eventos y su concepción pluralista de los mismos.
Para analizar lo que plantean estos autores adoptamos el enfoque de Weick (2012) que sigue el criterio de Dewey (2002) como un medio de evaluar lo que centra la atención de los mismos. Lo anterior implica los Qué, Con Qué y Para Qué de lo planteado por cada autor, lo que se muestra en la Tabla 2.
Tabla 2. Comparación de defi niciones de evento entre los diferentes autores analizados.
RESULTADOS
EVENTO COMO OBJETO FÍSICO
Davidson considera a los eventos como entidades particulares del mismo tipo que los objetos materiales y físicos. Se caracterizan por sus causas y sus efectos, produciendo cambios. Los cambios son eventos, sus límites espacio-temporales pueden ser más o menos precisos al igual que aquellos propios de los objetos materiales y físicos. Donde hay causalidad ha de haber una ley. Cuando actúen como causa o efecto deben caer bajo leyes deterministas. Los describimos de la misma manera en que describimos los individuos, utilizando el lenguaje. Nuestras explicaciones lingüísticas son la expresión de nuestras descripciones mentales (poseemos actitudes proposicionales: conceptos, creencias, deseos, intenciones) que también son eventos: eventos mentales causados por las cosas del mundo. En principio el vocabulario por el que expresamos los motivos de las acciones es un vocabulario causal. (Rodriguez Serón, 2000)
Sin embargo Davidson concilia la idea de libertad y racionalidad humana, compatibilizando su monismo declarado con el concepto dualista de libertad. Su TESIS: la anomalía de lo mental. Entonces, no hay leyes deterministas bajo las cuales caigan los sucesos mentales (anomalía de lo mental) y sólo bajo ciertas descripciones (las de la física) los eventos instancian leyes. Por lo tanto, hay que separar estrategias de explicación causal y estrategias de interpretación si se pretende conciliar el hombre sometido a las leyes de la naturaleza con el hombre libre.
Para Davidson (1970) los eventos siempre son individuales, y se advierten claramente a través de ejemplos. Davidson define a los eventos como constituyentes básicos del mundo; así son sucesos que generan un cambio en el mundo, particular, irrepetible y fechado (se lo puede ubicar en el tiempo). El inconveniente que plantea al respecto, es que para advertir este cambio necesariamente debemos conocer el estado anterior del mundo, lo cual nos remite a conocer los antecedentes causales del evento o suceso en cuestión. Esto sugiere específicamente que existen eventos que se desarrollan en el tiempo, que anteceden y producen otro evento constituyendo así una relación causal entre los mismos.
En términos de causalidad, el autor establece que la acción de un agente con una cierta intención se realiza porque él tiene en su mente algo que quiere promover. De esta forma, existe una actitud favorable (deseos, creencias, metas, valores, etc.) hacia la realización de una acción. Las acciones intencionales son una subclase de eventos y dependen estrechamente de la manera en que son descritas. Así, las acciones, no dejan de ser eventos, continúan siendo cambios o movimientos, nada más que realizados con una intención. Algunos cambios o movimientos pueden describirse como eventos y también como acciones; si la descripción intencional de ese evento es verdadera, entonces puede afirmarse con justicia que es una acción; de lo contrario es un evento.
Así entonces en la relación entre evento (suceso) y una acción intencional, se considera que al menos algunos eventos mentales interactúan causalmente con eventos físicos (Davidson, 1970). Se involucra un evento mental (deseo, creencia, pensamiento) y una acción física específica unidos por una relación causal que no pretende ser nomológica, es decir no implica la existencia de leyes naturales estrictas. De esta forma, Davidson propone que las afirmaciones de tipo “A causó B” implican lógicamente que existe una ley causal que solo se cumple por algunas descripciones verdaderas de las características de “A” y “B”. Esto implica que si bien pueden existir leyes involucradas en enunciados causales, las mismas deben ser corregidas y normalizadas según las acciones involucradas y sus características.
En términos de esta Teoría Causal de la Acción propuesta por el autor, se habla además de la existencia de cadenas causales desviadas. Esto implica, la existencia de sucesos como producto de otros sucesos (causas), pero no de aquel o aquellos que uno esperaría regularmente. Así, puede existir una intención, un deseo, una creencia por parte del sujeto y consecuentemente una acción realizada por él para atender estos factores, y que sin embargo se provoque el suceso pero por otro motivo no contemplado ni generado por las creencias y deseos del sujeto (accidental). Se genera en este sentido, un inconveniente en la determinación racional de la sucesión de eventos y la relación causal tal como lo sostiene la idea de la Teoría Causal.
EVENTO COMO SINÓNIMO DE PLURALISMO
El bebé volvió a gruñir, y Alicia le miró la cara con ansiedad, para ver si le pasaba algo. No había duda de que tenía una nariz muy respingada, mucho más parecida a un hocico que a una verdadera nariz. Además los ojos se le estaban poniendo demasiado pequeños para ser ojos de bebé. A Alicia no le gustaba nada el aspecto que estaba tomando aquello. “A lo mejor es porque ha estado llorando”, pensó, y le miró de nuevo los ojos, para ver si había alguna lágrima. No, no había lágrimas.
- Si piensas convertirte en un cerdito, cariño- dijo Alicia muy seria-, yo no querré saber nada contigo. (Carroll, 2005)
Deleuze considera al evento una selección de dos caras, algo que fluye a través de series, pero que también es transformado por ellas. Aquí, la capacidad de las dos caras o resonancia significa una interacción donde el evento está representado en las series, pero que también las series transportan y transforman el evento y a su vez las series se transforman a sí mismas con el evento que las ha seleccionado. Ningún evento tiene una sola cara y ningún evento es limitado, ya que se lleva a cabo en el infinito y en las múltiples series que solo existen como variaciones mutuas continuas.
Estas transformaciones continuas no son lineales a través del tiempo y son discontinuas a través de espacios bien ordenados. Esto significa que las relaciones no se pueden representar en una línea del tiempo que va continuamente del pasado al futuro, ni se localizan como puntos en un espacio continuo y bien ordenado.
El “sentido” de Deleuze podemos pensarlo como un valor o significado en un sistema neutral, pero sin embargo, no debemos, pensar que el valor puede ser restringido a cualquier conjunto dado de valores. Tampoco tenemos que pensar que el sentido de Deleuze es una forma de significado lingüístico. Está más cerca de la significación que del significado. En este sentido Deleuze busca ampliar el significado lingüístico y la importancia de incluir cambios en las relaciones de valor- términos que asociamos con eventos (Williams, 2008).
El planteo de una constitución paradójica de una teoría del sentido, plantea una novedad. En el puro devenir se concibe la simultaneidad del presente. La paradoja consiste en la afirmación de los dos sentidos a la vez, destruyendo al sentido común como asignación de identidades fijas (Deleuze, 2005).
El autor entiende que existe algo en la realidad que no puede ser reducido a hechos, pero que sigue siendo importante. El evento es definido como un proceso, que no tiene una clara ubicación espacio temporal. Se encuentran más bien extendidos indefinidamente en procesos, y no le ocurren a las personas o a las cosas, sino que suceden a través de ellas (Deleuze, op.cit.).
Un evento es al mismo tiempo:
1. Una relación actual
2. Una relación ideal o virtual
3. Un cambio en la intensidad o importancia de dichas ideas en relación con las cosas actuales.
Este proceso dinámico y abierto (diferenciación) se manifiesta de la siguiente forma: la relación actual es determinada por un cambio ideal, mientras que las ideas virtuales están determinadas por un cambio actual. Juntos (proceso ideal y actual) constituyen una realidad completa. Los cambios entre las relaciones actuales y las relaciones ideales son de grados de intensidad.
Existir es diferir, ya que la creación opera por diferenciaciones (Dosse, 2009). El autor señala un ejemplo que resulta clarificador: la relación mecánica de la copia se asemeja a un animal, cuando éste, impulsado por una fuerte causalidad, va en línea recta, por ejemplo, hacia su alimento. En cambio, si se presenta un peligro para él, un conjunto complejo de elementos determinan un alejamiento, que ya no es mecánico, ni natural. El encuentro con el obstáculo (evento o acontecimiento) es un impulso para que el animal cree. En este segundo caso aparece el verdadero pensamiento.
Deleuze se siente atraído por la concepción estoica del evento (considerado como acontecimiento). Para los estoicos, todo es potencialmente un evento, hasta el más pequeño fenómeno, lo menos notable. Deleuze adopta esta concepción, y de este modo encuentra un punto de apoyo mayor en la distinción de naturaleza que efectúa entre “representación” y “expresión”, en beneficio de esta última (Dosse, op.cit.).
El evento es el sentido mismo. Deleuze afirma que en todos los casos, el que repite sólo lo hace a fuerza de no “comprender”, de no recordar, de no saber o de no tener conciencia (Deleuze, 2002). En este sentido, el individuo no es un ser estable sino el resultado de un encuentro de procesos, de operaciones y de formas, un encuentro de energías diferenciales a lo largo del tiempo.
Las relaciones entre los eventos para Deleuze no son causales, por lo que la lógica o relaciones entre los eventos son asunto de muchos tipos de determinaciones interdependientes. Además, considera que los eventos son prioritarios a cualquier concepción filosófica de la verdad.
El verdadero pensamiento para Deleuze no es una operación espontánea, natural, sino que viene de una necesidad exterior, de un encuentro, de un corte de flujos que llevan a él (Dosse, op.cit.).
EVENTOS, SENSEMAKING Y PROCESO DE ORGANIZAR
Weick (1995) considera que es a través del lenguaje del Sensemaking que los procesos pueden ser percibidos por los actores. El autor desea encontrar formas de representar los procesos, acabando con los sustantivos. Se trabaja a partir de historias sobre cómo los miembros de la organización dan sentido.
Sensemaking significa un giro en las circunstancias de una situación que es comprendida de manera explícita en palabras y que sirve como trampolín a la acción (Weick, et al, 2005). Resulta fundamental porque es el sitio principal donde los significados se materializan en informes y restringen la identidad y la acción. “Sensemaking es una estación de paso en el camino a un sistema coordinado de acción, construido consensuadamente” (Taylor & Van Every, 2000). En esta estación del camino, las circunstancias son “cambiantes en una situación que es comprendida explícitamente en palabras y que sirve como trampolín para la acción”. Estas imágenes implican tres puntos importantes acerca de la búsqueda de significado en la vida de la organización. En primer lugar, el Sensemaking ocurre cuando un flujo de circunstancias de la organización se convierte en palabras y categorías destacadas. En segundo lugar, la misma organización está incorporada en textos escritos y hablados. En tercer lugar, la escritura, lectura, conversación y edición son las acciones cruciales que sirven como medios a través de las cuales la mano invisible de las instituciones conforma la conducta (Gioia et al., 1994). Cuando decimos que los significados se materializan, nos referimos a que el Sensemaking es, sobre todo, un tema de lenguaje, habla y comunicación. Las situaciones, organizaciones y los entornos son tomados como existentes. El lenguaje de Sensemaking captura las realidades de agencia, flujo, de lo equívoco, transitoriedad, nuevo logro, despliegue y emergencia, realidades que a menudo son oscurecidas por el lenguaje de variables, nombres, cantidades y estructuras.
Daft & Weick (1984) argumentan que “los directivos deben vadear en el océano de eventos que rodean la organización y tratar activamente de darles sentido”. Los individuos dan sentido al ambiente primero por la observación de información sobre cambios ambientales, segundo interpretando estos cambios y finalmente tomando una decisión sobre cómo quieren actuar. El cambio es definido como diferencias objetivas en las principales características entre los antiguos y nuevos escenarios.
Weick & Quinn (1999) desarrollan una distinción entre cambio episódico, discontinuo, intermitente y cambio continuo, evolutivo e incremental, comparando estas dos formas de cambio a través de cinco propiedades (Tabla 1). Estas propiedades son:
a) Una metáfora básica de la naturaleza de la organización;
b) Un marco analítico para entender los procesos de cambio organizacionales
c) Un modelo ideal de funcionamiento efectivo de la organización que especifique tanto una dirección para el cambio como los valores a ser utilizados en la evaluación del éxito de la intervención de cambio (ej., supervivencia, crecimiento, integridad)
d) Una teoría de intervención que especifique cuándo, dónde y cómo mover la organización cerca del ideal y
e) La definición del rol del agente de cambio.
La cualidad distintiva del cambio continuo en relación al episódico, está en la idea de que pequeños ajustes continuos, creados simultáneamente a través de unidades, pueden acumular y crear cambio sustancial: Este escenario supone interdependencias fuertemente acopladas. Cuando las interdependencias se hacen más débiles, los mismos ajustes continuos, ahora confinados a unidades pequeñas, se mantienen importantes como bolsones de innovación que pueden probar ser apropiados en ambientes futuros.
Tabla 1. Comparación de cambio episódico y continuo (p. 366) (Weick y Quinn, 1999)
CADENAS DE EVENTOS
Según señala Czarniawska (2004), las organizaciones son cosificaciones temporarias, ya que el organizar nunca cesa. La autora reconoce en Karl Weick la introducción del término organizar y a partir de esto se incorpora el concepto de redes de acción, concebido para abarcar el “organizar” como un proceso que nunca se detiene y el cual permite observar que actores y organizaciones son productos de dicho proceso y no fuentes. En este sentido, las redes de acción suponen una conexión entre diversas acciones y producen de esta forma a los actores.
Desde este enfoque, para analizar la práctica de organizar, esta autora entiende al evento como algo que ha ocurrido. Sin embargo, afirma que no resulta suficiente estudiar eventos individuales como lo sugiere Davidson (op.cit.), sino que es necesario estudiar cadenas de eventos. A su vez, estas cadenas involucran una conexión entre eventos que no se produce de forma espontánea sino que son actores u observadores quienes la realizan. El concepto de cadenas aparece aquí como una producción de los actores. Para Czarniawska (op.cit), la conexión (y por lo tanto la cadena) entre eventos depende de cada actor, sus acciones y su interacción con los demás, por lo cual no hay un punto de referencia considerado correcto (como sería la secuencia racional de acciones en la Teoría de Acción Causal) del cual puedan desviarse.
Asimismo, admite que las redes de acción deben servir de inicio para el estudio y no construir un resultado. En esta línea, se advierte que los eventos importantes pueden no haber sido concebidos como tales en el momento de su ocurrencia. Sin embargo con el tiempo se constituyen como explicaciones. Estas tienen que ver con la distribución en el tiempo que le dan los actores a los mencionados eventos.
DISCUSIÓN Y CONCLUSIONES
Como hemos señalado, tanto Davidson como Deleuze visualizan la condición creativa del lenguaje, pero utilizan diferentes concepciones del evento. En el caso de Davidson el lenguaje es determinado por el evento objeto físico que se presenta. El evento tiene presencia física. En cambio, para Deleuze el lenguaje determina el evento, por lo cual es el sentido mismo.
En el caso de Weick (1979, 1995) en su perspectiva de sensemaking y de proceso de organizar, el giro en la situación que determina el evento es algo que impacta sobre el flujo normal de organizar y dispara el ejercicio cognitivo de los agentes para dar sentido a lo ocurrido. El lenguaje es parte del proceso de organizar. En el proceso de promulgación, elección, retención y realimentación da origen a otro evento que vuelve a alterar el flujo. El proceso es lineal y continuo.
En cambio, Czarniawska adopta una perspectiva constructivista social. El lenguaje de los agentes construye el evento, lo pone en existencia. El proceso no se detiene hasta que no se presenta otro evento que puede o no haber sido efecto del primero. Por lo cual no habla de relación causal.
IMPACTO PARA LOS ESTUDIOS DE LA ORGANIZACIÓN
Weick busca generar mecanismos para interpretar los modelos mentales de los participantes. Generar un mecanismo de identificación de eventos y de las leyes causales que los determinan, y analizar el vocabulario o la gramática del proceso de organizar.
En el caso de Czarniawska busca identificar los nodos de acción (eventos) en las narrativas o conversaciones que emergen de la interacción de los agentes. De las narrativas o conversaciones surgen los nuevos eventos, que por la heterogeneidad de los agentes pueden dar lugar a nuevos sentidos (eventos).
Como resultado de la revisión teórica realizada, se pueden establecer tensiones, contradicciones y relaciones entre los diferentes autores analizados, que abren la posibilidad de nuevas líneas de investigación en el campo de los estudios organizacionales.
Estas líneas podrían plantear nuevas preguntas tales como:
- ¿En qué medida los eventos se construyen socialmente como reflejo de una realidad?, o por el contrario ¿son previos, creadores o constituyentes de esa realidad social a la que intentan dar sentido?.
- ¿Las diferentes concepciones deben concebirse como extremos dentro de un continuo (paradigmas irreconciliables) o como tesis y antítesis inmersas dentro de un proceso dialéctico (sujetas a una posible síntesis futura)?
El evento constituye algo más que un hecho individual, identificable y observable en un espacio y tiempo determinado. En este sentido deja de ser considerado sólo una entidad física y pasa a ser algo que sucede a través de los actores; un proceso que no puede ser atribuido a un momento y espacio determinado pero que sin embargo provoca un cambio tanto real como virtual en la realidad de los actores que recién a partir de su interpretación puede convertirse en explicaciones para algunos, o en conexiones interdependientes con significado para otros.
La revalorización de paradigmas provenientes de diversos campos conceptuales de las ciencias sociales confiere un carácter novedoso y estimulante a la hora de abordar los estudios organizacionales de cara al futuro.
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